La Ertzaintza ha alcanzado los treinta años de edad. Los agentes que en 1982 ingresaron en la Academia de Arkaute para integrar la primera promoción de esta institución policial han celebrado el miércoles, en el mismo recinto, los treinta años de aquel hito histórico. Coincidiendo con esta jornada, presidida por el Lehendakari, y tras producirse el cese de las actividades terroristas, se ha procedido a apagar la llama que ardía en el pebetero como homenaje a los ertzainas asesinados, dando cumplimiento al compromiso adoptado cuando fue encendida, hace dieciocho años. Un nuevo monolito recordará a partir de ahora a los miembros de la Policía Vasca víctimas de la violencia de ETA.
El acto celebrado hoy en la Academia de Arkaute ha comenzado con un encuentro privado del Lehendakari, Patxi López, con familiares de los agentes de la Ertzaintza asesinados por ETA, a los que ha trasladado el afecto y el agradecimiento de toda la sociedad vasca en un momento de especial esperanza ante la perspectiva de un futuro sin violencia. El Lehendakari ha destacado que la Ertzaintza sea una de las instituciones "mejor valoradas por la sociedad vasca" y es que según ha asegurado se encuentra entre "sin complejos" entre los mejores cuerpos de polícia de Europa. López ha recordado que en la actualidad la Ertzaintza tiene algunos retos por delante como la renovación de la plantilla, el incremento de la presencia de la mujer, una mejora de la coordinación con las Policias Locales y la implantación de los avances tecnológicos.
En este acto el Lehendakari ha recordado a los ertzainas víctimas del terrorismo, ha vuelto a insistir en que "sólo con memoria podremos construir una sociedad sustentada en valores éticos y democráticos".
A las doce del mediodía, en presencia de los familiares, se ha procedido al apagado de la llama del pebetero. El acto simbólico ha sido realizado de manera compartida por el hijo del sargento mayor de la Ertzaintza Joseba Goikoetxea (cuyo asesinato, en 1993, motivó la instalación del pebetero), el entonces Consejero Juan Mari Atutxa y el actual máximo responsable de la Ertzaintza, José Antonio Varela. En la ceremonia, presidida por el Lehendakari Patxi López, han estado presentes también el Consejero de Interior, Rodolfo Ares, y los ex Consejeros Juan Lasa, José Manuel Martiarena y Javier Balza.
El monumento con la llama que recordaba a los ertzainas asesinados fue inaugurado el 23 de diciembre de 1993. En la base del mismo, una placa recordaba que la llama “… permanecerá encendida mientras exista una violencia organizada contra este pueblo”.
Nuevo monumento
Acto seguido, la comitiva se ha trasladado a otro punto del recinto de la Academia, frente al edificio principal de la misma, donde se ha inaugurado un nuevo monolito en memoria de los miembros de la Policía Vasca asesinados por ETA. El Lehendakari y el Consejero Rodolfo Ares han realizado una ofrenda floral al pie del monumento, seguidos a continuación por el resto de los presentes, cada uno de los cuales ha depositado una rosa blanca. La conmemoración ha continuado después en el frontón de la Academia, donde los agentes de la primera promoción aguardaban a la comitiva visionando los actos a través de un circuito interno de televisión.
En esta última parte de la jornada conmemorativa ha cobrado especial protagonismo el homenaje a estos agentes de la primera promoción, que hace treinta años abrieron la senda de la moderna Ertzaintza. En su honor, la enseña que representa a su promoción ha estado situada en la tribuna, en lugar preferente, durante toda esta parte de la celebración.
Los dirscursos del Lehendakari y del máximo jefe de la Ertzaintza, José Antonio Varela, han servido para realzar el valor de la iniciativa y el esfuerzo de estos pioneros, al igual que la visualización en el recinto de un vídeo conmemorativo de los treinta años, que confronta imágenes de los inicios con otras de la época actual para reflejar el enorme avance experimentado por la Ertzaintza durante todo este tiempo.
Treinta años de intensa historia
En 1980, tras la restauración de la democracia, el primer Gobierno Vasco comenzó a diseñar la nueva policía autónoma del País Vasco, la Ertzaintza, inspirándose en la experiencia de la Ertzaña del treinta y seis. Los primeros integrantes de la nueva policía comenzaron a trabajar el 27 de octubre de 1982, tras superar un curso de preparación de nueve meses en la entonces recién creada Academia de Arkaute.
A las primeras competencias de tráfico y custodia de instituciones se sumó progresivamente la asunción de la seguridad ciudadana, primero en los municipios rurales y después en las grandes capitales para llegar, en 1995, a responsabilizarse de la totalidad del territorio, sustituyendo a los diferentes cuerpos de policía estatales. Hasta la fecha, veintitrés promociones han salido de la Academia de Arkaute.
La graduación de los integrantes de la vigésimo tercera, en diciembre pasado, permitió que la Ertzaintza disponga, por ver primera en su historia, de 8.000 agentes en activo, que se encuadran en cinco divisiones, cada una de ellas especializada en cometidos policiales concretos. Un conjunto humano que tiene como misión proteger los derechos y las libertades de toda la ciudadanía y garantizar su seguridad ante cualquier modalidad de delincuencia.