El presidente de la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE), Juan Rosell, y el del Círculo de Empresarios, Claudio Boada, han presentado públicamente un documento conjunto de ambas organizaciones sobre la Competitividad de la Industria Española. Esta iniciativa pretende, entre otros objetivos, sensibilizar a la sociedad española en su conjunto sobre la necesidad de respaldar y potenciar nuestra industria como elemento imprescindible para cambiar el patrón de crecimiento y mejorar la competitividad de nuestra economía. Impulsando un tejido industrial sólido, generador de empleo estable y de calidad, con capacidad exportadora, más eficiente en el uso de los recursos y más sostenible en los ámbitos social, económico y medioambiental, se está fomentando la generación de riqueza y de bienestar de nuestra sociedad.
Para alcanzar este objetivo sería preciso avanzar en la puesta en marcha de determinadas medidas en los siguientes ámbitos:
1. Mercado laboral: La industria española necesita un mercado laboral más eficiente, asentado en los principios de la flexiguridad, que genere mayor productividad.
2. Educación: Para mejorar nuestra competitividad es necesaria una reforma integral del sistema educativo en todos los ámbitos: en la Formación Profesional, incrementando la conexión entre la FP reglada y las necesidades de las empresas; en la educación universitaria, potenciando las áreas de las ciencias y la ingeniería, donde existe una mayor demanda de profesionales formados; y en la preparación de los directivos, de los que depende la gestión eficiente de las empresas.
3. Seguridad jurídica y calidad regulatoria: Un aspecto decisivo en este ámbito es la unidad de mercado, que facilite la actividad industrial y la inversión extranjera. Asimismo, es preciso avanzar en una regulación que garantice la seguridad jurídica para las empresas, que reduzca las incertidumbres normativas y simplifique los trámites y las cargas administrativas.
4. Financiación: Es imprescindible facilitar el acceso de las empresas industriales a los fondos necesarios para el desarrollo de su actividad. En este marco, es preciso también mantener una disciplina y estabilidad fiscal con el objetivo de reducción del déficit y de la deuda pública, así como acometer la necesaria reestructuración del sector financiero para reestablecer la confianza exterior en nuestro país.
5. Energía e infraestructuras de transporte: La competitividad del sector industrial depende, en gran medida, de la disponibilidad de una energía asequible y con seguridad en el suministro. Asimismo, se precisan unas infraestructuras adecuadas, que reduzcan los costes de transporte, especialmente de mercancías, y comunicación, y faciliten la logística de las empresas del sector para garantizar una industria competitiva.
6. Cambio Climático: Las industrias de la UE están funcionando en el marco de políticas de cambio climático y ambientales más exigentes, en comparación con el resto del mundo, por lo que no se deben asumir nuevos compromisos más restrictivos y unilaterales. En este ámbito se requiere de un acuerdo internacional que incluya compromisos de esfuerzos equiparables en todos los países desarrollados y una contribución adecuada de los países en desarrollo.
7. Apoyo a la exportación e internacionalización: Se deberían fortalecer aquellas medidas de apoyo a la internacionalización de las empresas industriales, incluyendo la posible reducción de tipos en el impuesto sobre sociedades y de las cotizaciones a la Seguridad Social, propiciando, al tiempo, que las empresas industriales españolas adquieran un tamaño lo suficientemente importante como para acometer este reto con garantías.