“En España, aproximadamente un millón de trabajadores alcanza un nivel alto de riesgo cardiovascular, pero solo una minoría de ellos se clasifican como tal”, explica a SINC Miguel Ángel Sánchez Chaparro, coordinador del estudio ICARIA e investigador en la Universidad de Málaga (UMA). “Estas cifras muestran que la mayoría probablemente ignora su situación de riesgo”.
El trabajo, publicado en la revista Nutrition, Metabolism & Cardiovascular Diseases, revela que un 6% de los trabajadores presenta un riesgo cardiovascular global alto (8% en varones y 2% en mujeres) y un 1%, riesgo moderado. Además, la prevalencia de riesgo alto aumenta con la edad en ambos sexos y es superior en el sector de la agricultura, seguido de la construcción, industria y servicios.
El estudio ICARIA es la primera investigación que establece este riesgo en todas las comunidades autónomas, sectores de actividad y ocupaciones. Se realizó desde mayo de 2004 a junio de 2005 en más de 300.000 trabajadores aparentemente sanos y con una media de 36 años de edad.
Entre otras conclusiones, el estudio apunta, para ambos sexos, una mayor prevalencia de riesgo cardiovascular alto en la población laboral de “cuello azul” (trabajadores “manuales”) respecto a la de “cuello blanco” (trabajadores “no manuales”).
“Las diferencias encontradas se relacionan con la mayor prevalencia de factores de riesgo en dichos sectores de actividad y pueden contribuir a establecer prioridades preventivas”, concluye Sánchez Chaparro.
Los autores subrayan la importancia de estratificar el riesgo cardiovascular global, lo que puede contribuir a una prevención cardiovascular más eficiente, sobre todo si se tiene en cuenta que estas medidas actúan sobre una población mayoritariamente joven y sana, y que no suele acudir a los servicios de salud.
La importancia de los reconocimientos
Tradicionalmente, los reconocimientos médicos periódicos (RMP) realizados por los servicios de prevención han contribuido a la detección de los factores de riesgo cardiovascular de modo complementario a los servicios de salud. No obstante, hasta ahora su actuación en la prevención cardiovascular no se encontraba estructurada ni existían unos objetivos definidos.
“El volumen de trabajadores que realiza los reconocimientos anuales constituye una oportunidad única de actuación en prevención cardiovascular”, explica a SINC Eva Calvo Bonacho, coautora del trabajo y jefa del Departamento de Proyectos Sanitarios de Ibermutuamur. “En base a los resultados que se obtienen, se pueden realizar recomendaciones preventivas, terapéuticas, rehabilitadoras y de seguimiento individualizadas”.