SINC.-
Los artículos médicos que redactan ‘escritores fantasma’ por encargo de las farmacéuticas son una práctica que se denomina medical ghostwriting. Su objetivo es promocionar un producto médico, maximizar su eficacia y minimizar su toxicidad, lo que conlleva un riesgo para el paciente a quien se le administra.
Xavier Bosch, investigador del Hospital Clinic y la Universidad de Barcelona, y sus colegas han publicado en la revista PLoS Medicine tres modelos teóricos de responsabilidad penal que afectan principalmente a los guest authors, médicos o científicos de renombre que firman estos artículo a cambio de una remuneración.
En declaraciones a SINC, Bosch opina que “lo realmente deshonesto es que la industria busque a una personalidad científica, algún médico prestigioso con experiencia sobrada en una enfermedad o fármaco para que, a cambio de una remuneración en ocasiones muy elevada, estampe su firma en el artículo sin tener opción a revisar su contenido”.
Pese a que los tres modelos legales descritos en PLoS Medicine se centran en la legislación estadounidense, “se trata de una práctica fraudulenta extendida en todo el mundo”, reconoce Bosch.
Es su opinión “el problema principal es el perjuicio ocasionado a los pacientes por unos hábitos de prescripción promovidos por la industria a través de estos artículos”.
Según el trabajo, para luchar contra estas prácticas se debería imponer más responsabilidad penal y, dirigirla especialmente hacia los guest authors que firman los artículos médicos.
Más responsabilidad
Un de las propuestas que los expertos desarrollan en el texto argumenta que cuando el médico de un paciente lesionado base su diagnóstico en el artículo científico que contiene datos de eficacia y seguridad falsos o manipulados, todos los autores, incluidos los firmantes, deben considerarse legalmente responsables de las lesiones que sufran los pacientes.
El texto también plantea que, según la legislación en materia de sobornos estadounidense, el pago a autores para que aporten su firma en artículos médicos implica responsabilidades tanto para médicos como para empresas patrocinadoras.
Este planteamiento se basa en que los artículos pueden influir en el juicio clínico, aumentar las ventas de productos y los costes de atención sanitaria del gobierno, y poner a los pacientes en riesgo.
Los autores también consideran una forma de ghostwriting “las conferencias y los congresos médicos sobre enfermedades en los que se hablar de los beneficios de un producto, si el discurso ha sido preparado previamente a partir de las directrices de una compañía”.
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