Un equipo de científicos de la Universidad de Sevilla, en colaboración con el National Oceanographic Centre (Southampton, Reino Unido) ha analizado isótopos de yodo en agua de mar, en el Centro de Investigación, Tecnología e Innovación de la US (CITIUS) y en el Centro Nacional de Aceleradores (CNA), con el fin de estudiar el comportamiento de las corrientes marinas en el Norte del Océano Atlántico.
Las muestras fueron recogidas en distintas localizaciones de las plataformas marinas de Islandia y de Irminger, a profundidades de hasta 1.000 metros, durante el verano de 2010 a bordo del barco oceanográfico 'RRS Discovery'.
El yodo es un elemento que se encuentra en el medio ambiente de forma natural y con un sólo isótopo estable (127I) cuya concentración en agua de mar es inferior al gramo por cada diez millones de litros. Debido a su comportamiento conservativo en medio acuoso, permanece disuelto en el agua de mar. Además del yodo estable, en el medio ambiente pueden encontrarse ínfimas cantidades del isótopo radiactivo 129I, que con un largo periodo de semidesintegración (16 millones de años) se origina tanto de forma natural (como consecuencia de la interacción entre la radiación cósmica y los componentes de la atmósfera) como de forma artificial (en el ciclo del Combustible Nuclear y durante las pruebas nucleares atmosféricas del siglo XX).
El comportamiento geoquímico de ambos en este medio permite utilizar dichos isótopos de forma combinada como “trazadores” del movimiento de las corrientes marinas, a fin de conocer mejor los ritmos y mecanismos de circulación de las corrientes oceánicas.
Las concentraciones de 129I en estas muestras (menores de 1 g por cada 1.012 litros de agua) requieren técnicas de alta sensibilidad, como la espectrometría de masas con aceleradores que se aplica en el Centro Nacional de Aceleradores. La puesta a punto de nuevas técnicas que aumentan la sensibilidad de esta herramienta han permitido afrontar por primera vez el análisis del cociente 129I/127I en este tipo de muestras.
Para conocer la concentración independiente de 129I es imprescindible cuantificar independientemente el otro isótopo por una técnica complementaria. Estos análisis se han llevado a cabo en el Servicio de Radioisótopos del CITIUS aplicando la sensible técnica de ICP-MS, tras la puesta a punto de un procedimiento similar al que ya se aplica de forma rutinaria para el análisis de mercurio.
Los resultados conseguidos aplicando estas dos técnicas de análisis isotópico, que muestran el paralelismo de los resultados con los encontrados cinco años antes en el Mar de Labrador, se han presentado recientemente en la 12º Conferencia Internacional de Espectrometría de Masas por Aceleradores, celebrada en Wellington, Nueva Zelanda.