Europa necesita crecimiento más vigoroso, cortafuegos más amplios e integración más profunda
Estados Unidos, Japón y China también deben tomar medidas para fortalecer sus economías
El FMI se propone ampliar su capacidad de préstamo en hasta US$500.000 millones
La Directora Gerente del FMI, Christine Lagarde, exhortó hoy a la comunidad internacional a tomar medidas colectivas urgentes para evitar que la economía mundial se vea atrapada en una espiral descendente. “Cuanto más tiempo dejemos pasar, peores serán las cosas. La única solución es avanzar juntos. El futuro económico de todos depende de que así lo hagamos”, dijo Lagarde en un discurso pronunciado en el Consejo Alemán de Relaciones Exteriores en Berlín. “Desde esta perspectiva, 2012 tiene que ser un año de curación.”. Lagarde describió los aspectos básicos del rumbo que han de seguir las políticas en el futuro. Europa, que es el núcleo de las preocupaciones mundiales, necesita un crecimiento más vigoroso, cortafuegos más amplios y una integración más profunda, señaló, pero agregó que otras economías también tienen que cumplir una función importante para restablecer un crecimiento mundial equilibrado. Desde el punto de vista multilateral, Lagarde indicó que el FMI está listo para ayudar y que está procurando ampliar su capacidad de préstamo en hasta US$500.000 millones. Todos tenemos que comprender que estamos en un momento decisivo. No se trata de salvar a un país o a una región en particular. Se trata de salvar al mundo de una espiral económica descendente, dijo Lagarde.
El FMI estima que en los próximos años las necesidades de financiamiento adicional a escala mundial podrían ascender a US$1 billón, cifra que el FMI podría ayudar a cubrir ampliando sus recursos prestables. “Una solución basada en la cooperación implica que todos los países tienen que trabajar juntos, partiendo de un diagnóstico común y avanzando hacia una solución común”, explicó Lagarde, añadiendo que el FMI puede facilitar el logro de una solución basada en la cooperación a través de sus análisis y recomendaciones de política, pero que también puede ayudar proporcionando financiamiento cuando sea necesario. Planta siderúrgica en Salzgitter, Alemania. Europa tiene que promover la competitividad y el crecimiento a largo plazo, dijo la titular del FMI, Christine Lagarde, en Berlín (foto: Fabian Bimmer/Newscom)
“Estoy convencida de que tenemos que ampliar la capacidad de préstamo de la institución”, afirmó. El objetivo es complementar los recursos que Europa pondrá sobre la mesa, pero también atender las necesidades de otros países, en cualquier parte del mundo, que se vean afectados por las repercusiones de la crisis, puntualizó. Los países de la zona del euro ya han prometido aportar hasta US$200.000 millones en financiamiento nuevo para el FMI. Abordar la crisis en la zona del euro Los líderes de los 17 países de la zona del euro ya han dado varios pasos importantes para superar la crisis de la deuda soberana que ha socavado la confianza en los mercados financieros mundiales, dijo Lagarde. Entre los mayores logros están la creación del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF)/Mecanismo Europeo de Estabilidad Financiera (MEDE), un acuerdo en torno a un método armonizado para la recapitalización de los bancos y el establecimiento de un consejo de riesgo sistémico, reformas de la estructura de gobierno con miras a exigir el cumplimiento de una disciplina más estricta y efectiva, y la decisión del Banco Central Europeo de poner a disposición de los bancos liquidez a largo plazo. “Hay que destacar estos importantes pasos. Pero yo no soy la primera persona en señalar que estas medidas constituyen piezas, pero tan solo piezas, de una solución integral”, señaló. El pleno restablecimiento de la confianza depende de tres imperativos: crecimiento más vigoroso, cortafuegos más amplios e integración más profunda. Crecimiento más vigoroso Como la economía de la zona del euro se está desacelerando drásticamente, la inflación ya está disminuyendo, con un riesgo considerable de que el próximo año descienda hasta un nivel muy inferior al fijado como meta, lo cual incrementará la carga de la deuda y perjudicará más aún el crecimiento.
Por esta razón, una distensión adicional y oportuna de la política monetaria será importante para reducir estos riesgos, dijo Lagarde. “Un crecimiento más vigoroso también implica impedir que los bancos den marcha atrás, y ante la presión del mercado reduzcan el crédito. Las soluciones deben centrarse en elevar los niveles de capitalización —en lugar de reducir el crédito— como estrategia para reforzar los coeficientes de capital”, explicó. En lo que respecta a la política fiscal, a varios países no les queda más alternativa que ajustar las finanzas públicas, drástica y rápidamente. Pero esto no es una solución universal, señaló Lagarde. “Existe un número considerable de casos en donde el ajuste fiscal puede ser más gradual”. También son de máxima importancia las reformas estructurales que permitan sentar las bases para promover la competitividad y el crecimiento a largo plazo.
Cortafuegos más amplios Lagarde asimismo instó a las autoridades europeas a crear un cortafuegos más amplio. Sin este cortafuegos, países como Italia y España, que en definitiva tienen capacidad para pagar sus deudas, podrían verse llevados a una crisis de solvencia provocada por costos de financiamiento anormales, circunstancia que, según advirtió, tendría implicaciones desastrosas para la estabilidad sistémica. “Sería de gran ayuda aumentar sustancialmente los recursos reales que están actualmente disponibles, incorporando el FEEF en el MEDE, ampliando el tamaño de este último y definiendo un cronograma claro y creíble para su puesta en funcionamiento”, dijo Lagarde. También sería esencial que el BCE tomé medidas para proporcionar el respaldo de liquidez necesario para estabilizar el financiamiento bancario y los mercados de deuda soberana. “Tenemos que quebrar el círculo vicioso que hace que los bancos perjudiquen a las entidades soberanas y viceversa”, señaló. “Esto tiene un efecto recíproco. Al fortalecer a los bancos—por ejemplo, restableciendo niveles de capitalización adecuados—se evita que los bancos perjudiquen a las entidades soberanas a través del aumento de la deuda o de los pasivos contingentes. Y al restablecer la confianza en la deuda soberana se ayuda a los bancos, que concentran grandes tenencias de esa deuda y que por lo general son beneficiarios de las garantías explícitas e implícitas de las entidades soberanas”. Integración más profunda Lagarde también pidió una mayor distribución transfronteriza del riesgo en el sistema bancario para romper el círculo vicioso entre las entidades soberanas y los bancos. “A corto plazo, un mecanismo paneuropeo que sea capaz de asumir participaciones directas en los bancos ayudará a romper este círculo vicioso”, declaró. También es necesaria una mayor integración financiera a través de una supervisión unificada, una autoridad única de resolución bancaria y un solo fondo de garantía de depósitos. “La zona del euro también necesita una mayor integración fiscal; no es lógico que diecisiete políticas fiscales completamente independientes coexistan con una sola política monetaria”, agregó.
El “pacto fiscal” acordado en la cumbre de líderes europeos a comienzos de diciembre de 2011 tiene que complementarse con algún tipo de mecanismo de mancomunación de los riesgos fiscales. Hay varias opciones para financiar esta mancomunación del riesgo, como la creación de bonos o letras de la zona del euro o, como lo ha propuesto el Consejo Alemán de Expertos Económicos, con el establecimiento de un fondo de amortización de la deuda, sugirió. El resto del mundo tiene que aportar lo suyo Si bien Europa es el epicentro de la actual crisis, otras economías también tienen que desempeñar un papel importante para facilitar el logro de mejores resultados. Como la mayor economía mundial y el eje del sistema financiero internacional, Estados Unidos tiene una responsabilidad especial, puntualizó Lagarde. Exhortó a las autoridades estadounidenses a aliviar la carga de la deuda de los hogares con programas que hagan más sostenible la deuda hipotecaria, e instó a actuar con decisión para reducir los déficits del futuro sin que hoy la economía se vea sofocada. Japón, como tercera economía mundial, también tiene que aportar a la solución poniendo en marcha un plan creíble para reducir la deuda pública y promover el crecimiento a largo plazo. Lagarde también pidió a los países avanzados y de mercados emergentes con cuantiosos superávits en cuenta corriente que estimulen más la demanda interna como forma de apoyar el crecimiento mundial. China, que tiene las mayores reservas mundiales de divisas y un abultado superávit en cuenta corriente, es un claro ejemplo. “China puede ayudarse a sí misma y ayudar a la economía mundial si sigue procurando que el crecimiento se base menos en las exportaciones y la inversión y más en el consumo”, indicó. Como conclusión, Lagarde señaló que aunque las perspectivas económicas siguen siendo muy preocupantes, hay una salida. “Ahora el mundo tiene que ir en busca de la voluntad política para hacer lo que se sabe que hay que hacer”.