El ACNUR expresa creciente preocupación por la inseguridad dentro y fuera de los campamentos que acogen a cientos de miles de refugiados somalíes en el Cuerno de África.
La situación es particularmente preocupante, compleja e inestable en los campamentos de Dadaab, en el norte de Kenia, donde la amenaza de artefactos explosivos improvisados, secuestros de personas, robo de vehículos y bandidaje permanece alta. Además de asesinatos de policías y secuestros de trabajadores humanitarios, también asistimos a ataques contra personas refugiadas. Dos líderes refugiados que prestaban trabajo voluntario para mantener la paz y la seguridad en los campamentos fueron asesinados a finales de año. Ambos estaban colaborando con los Equipos Comunitarios para la Paz y la Seguridad (CPST, por su sigla en inglés) en Dadaab, en los campamentos de Hagadera e Ifo, respectivamente. Las autoridades de Kenia están investigando estos crímenes y otras amenazas y abusos contra los refugiados.
Estos y otros acontecimientos, desde finales de octubre, constituyen un peligro para la incolumidad de las 460.000 personas que viven en el mayor asentamiento de refugiados del mundo. Asimismo, las agencias humanitarias han tenido que reducir la prestación de servicios. Los trabajadores humanitarios ahora tienen que lidiar con restricciones en los movimientos de la ciudad de Dadaab a los campamentos, mientras la escolta de la policía ya se volvió imprescindible.
A pesar de estos desafíos, los servicios esenciales, como salud, agua, alimentación, saneamiento, educación y protección, se han mantenido, gracias a la planeación y a la estrecha cooperación de los socios y las comunidades de refugiados en Dadaab. Junto con sus socios, el ACNUR también está evaluando formas alternativas de prestación de los servicios, en particular, a través de una mayor participación por parte de la comunidad de acogida, de una mayor participación y responsabilización de los trabajadores refugiados por medio de un plan de incentivos y de una mejor comunicación con la comunidad refugiada.
Asimismo, en Etiopía, se ocasionó un incidente de seguridad cerca de los campamentos de Dollo Ado, en la mañana del miércoles. Tres sujetos armados y vestidos de civiles intentaron detener un vehículo de una ONG internacional en la carretera principal entre la ciudad de Dollo Ado y el campamento de Bur Amino, el quinto y más reciente campamento de refugiados establecido en el lugar. El vehículo, con cuatro personas a bordo, no se detuvo y los atacantes abrieron fuego. Afortunadamente nadie resultó herido.
Este es el primero incidente de este tipo en la zona de Dollo Ado, que ha permanecido en relativa calma durante toda la actual crisis de desplazamiento. A pesar de que fue un incidente aislado, las agencias humanitarias han suspendido todas las actividades y movimientos no esenciales en los cinco campamentos de Dollo Ado, que actualmente acogen a unas 140.000 personas. Estas restricciones son temporarias y se mantendrán mientras las autoridades investigan los hechos y son tomadas medidas adicionales para aumentar la seguridad de los trabajadores humanitarios. El ACNUR sigue trabajando en los campamentos más distantes de la frontera, así como en los centros de acogida y de tránsito, donde se registran los refugiados que llegan desde Somalia y se les brinda protección y asistencia.
Más de 955.000 refugiados somalíes se encuentran actualmente en los países vecinos, la mayoría en Kenia (520.000), Yemen (203.000) y Etiopía (186.000). De este número, un tercio ha dejado Somalia a lo largo de 2011. Las personas desplazadas internamente en Somalia son 1,3 millones.
FOTO: ACNUR