CGP/DICYT Un estudio publicado recientemente en la revista AGE pone de manifiesto que las personas mayores de 100 años presentan menos riesgo de padecer cáncer que la población general, debido a la relación existente entre la longevidad de algunos individuos y sus genes. Según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), en Castilla y León hay 955 personas que ya han cumplido los 100 años y, como pone de manifiesto esta investigación, un tercio de las mismas habría llegado a esa edad en un estado de salud excelente, sin enfermedades que puedan considerarse como invalidantes.
“De hecho, en comparación con personas con edades próximas a los 80 años, algunos centenarios no se encuentran peor físicamente, con los achaques propios de la edad, y presentan menos dolencias graves”, indica el doctor Alejandro Lucía, catedrático de Fisiología del Ejercicio de la Universidad Europea de Madrid e investigador principal del estudio, quien añade que “a la genética de cada uno tenemos que sumarle también la influencia del entorno, pero uniendo ambos factores estas personas viven entre 10 y 15 años más que la media”.
Tras la realización de un perfil poligénico a los participantes en el estudio para comprobar su riesgo a padecer cáncer o enfermedades cardiometabólicas como infarto, diabetes o hipertensión, se ha podido comprobar que esta población tiene una menor predisposición genética a padecer cáncer en general. “Gracias a esta investigación hemos comprobado que los más longevos tienen hasta cinco veces más posibilidades de que un gen que está relacionado con la protección frente a ciertos tipos de cáncer esté funcional, y por lo tanto que su riesgo ante un cáncer sea menor”, explica Lucía.
Hay que tener en cuenta también que esta población, por lo general, ha nacido en una época anterior a los antibióticos, ha vivido una guerra civil y ha pasado por momentos de hambruna y carestía. Según apunta el investigador, “una de las diferencias con el modelo actual de vida es que han realizado a lo largo de los años más actividad física de la que se hace actualmente. El ejercicio, conjuntamente con los genes implicados en la longevidad, facilita que los adultos lleguen a esas edades sin enfermedades consideradas como invalidantes” y prosigue afirmando que “la población adulta actual, debido a la vida sedentaria y el nivel de estrés, podría llegar a alcanzar los 100 años, aunque en peores condiciones que aquellos que los cumplen en la actualidad. Su salud será peor”.
Genotipo similar al de atletas de maratón
Por otro lado, el experto compara el genotipo de los centenarios con el de un atleta que practica maratón, un deporte donde la capacidad de resistencia física es fundamental. “Esto refuerza aun más la teoría de que el ejercicio físico que realiza el individuo a lo largo de su vida sirve para llegar a la longevidad sin problemas de salud invalidantes”, asegura.
En la investigación ha participado una muestra de ancianos de España, pero las conclusiones también se pueden extrapolar a centenarios del área mediterránea. “Es importante que se realicen más estudios de este tipo, sobre todo porque en 2050 se prevé que el 22 por ciento de la población tenga más de 60 años, y que el grupo de ancianos con más de 80 años se incremente considerablemente. Necesitamos saber quiénes llegarán a centenarios y en qué condiciones”, concluye Lucía.