Alto Comisionado de ACNUR pide un apoyo humanitario masivo para Sudán del Sur

Alto Comisionado de ACNUR pide un apoyo humanitario masivo para Sudán del Sur

CAMPO DE DORO, Sudán del Sur, (ACNUR/UNHCR) – El Alto Comisionado para los Refugiados, António Guterres, pidió el lunes a la comunidad internacional que ofreciera un apoyo humanitario “masivo” para Sudán del Sur, que se enfrenta actualmente a una grave crisis de desplazamiento forzado.

Después de su encuentro con refugiados en el campo de Doro, Guterres advirtió de que sin esta ayuda no será posible responder. “Podemos enfrentarnos a un desastre humanitario de enormes proporciones”. Doro alberga al menos a 28.000 personas que han huido de Sudán del Sur escapando de los combates entre las fuerzas armadas y el Movimiento Popular de Liberación de Sudán / Sector Norte, en el estado sudanés de Nilo Azul.

Seis meses después de que Sudán del Sur celebrara su estatus como país independizado, la disputada zona fronteriza con Sudán se ha convertido en un punto candente y en una puerta de salida para decenas de miles de refugiados.

Guterres destacó que Sudán del Sur está enfrentándose a “un sufrimiento masivo y a múltiples crisis: más de 80.000 personas han huido de los estados de Nilo Azul y Kordofan del Sur, en Sudán. Además, se está dando una feroz violencia entre comunidades y desplazamientos en el estado de Jonglei”. También añadió que el Ejército de Resistencia del Señor, un grupo rebelde de Uganda, está causando a su vez problemas en Sudán del Sur.

 

El Alto Comisionado habló con muchos refugiados durante su visita a Doro, entre ellos una mujer que acababa de huir con sus tres hijos del estado de Nilo Azul. “Pensamos que tendríamos una paz duradera. Entonces cayó una bomba y salimos corriendo” le contó a Guterres.

Agotados, hambrientos y vulnerables, las mujeres y los niños caminan durante muchos días en busca de seguridad a lo largo de la frontera en el estado norteño de Alto Nilo, donde está ubicado Doro. Muchos de los hombres se han quedado para vigilar sus propiedades y territorios.

Además de las 28.000 personas que viven en Doro, otros 25.000 civiles han buscado refugio en otras zonas del estado de Alto Nilo. El continuo conflicto en el estado sudanés de Nilo Azul sigue llevando a un gran número de personas hacia la frontera con Sudán del Sur y Etiopía.

“Las mujeres lloran porque sus niños están enfermos. Lloran porque sus hijos tienen hambre” afirmó el Ministro de Asuntos Humanitarios de Sudán del Sur, Joseph Lual Achuil, que acompañó al Alto Comisionado a Doro.

 

ACNUR tiene en marcha un gran puente aéreo para llevar ayuda a los asentamientos de refugiados más remotos y también está trabajando con sus socios para levantar refugios y proporcionar servicios básicos a estas personas. Con unos 1.000 refugiados llegando a Doro cada semana, Achuil pidió más ayuda internacional para hacer frente a la actual temporada seca, que dura dos meses. “Si esperamos”, dijo, “esta zona quedará bloqueada”.

Mientras tanto, miles de refugiados siguen buscando refugio en el estado sursudanés de Unity. Huyendo de los bombardeos, muchos llegan a la aldea fronteriza de Yida. En un encuentro con líderes refugiados del estado sudanés de Kordofan del Sur, el Alto Comisionado pidió a los residentes que se trasladaran urgentemente a un asentamiento más seguro de ACNUR a unos 50 kilómetros de la frontera.

Los líderes refugiados informaron que había al menos 300.000 personas escondidas en las montañas Nuba, a lo largo de la frontera, aterrorizadas, que se estaban quedando poco a poco sin comida ni agua. Esta información no ha podido ser confirmada de manera independiente.

 

El Alto Comisionado también se encontró con sursudaneses que regresaban de Sudán para rehacer sus vidas en Sudán del Sur. Agotados tras un viaje de una semana por el Nilo en una barcaza, los nuevos ciudadanos se trasladaron a sus destinos finales, a menudo asistidos por ACNUR y la Organización Internacional de las Migraciones. Más de 350.000 personas de origen sursudanés han regresado desde que se independizó el país. Se estima que otros 700.000 permanecen en Sudán.

 

Por Melissa Fleming en el campo de Doro, Sudán del Sur

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