Tres estudios publicados últimamente en las revistas Journal of Virology, Journal of Translational Medicine y PLOS One desde el Instituto de Investigación del Sida IrsiCaixa, impulsado conjuntamente por la Obra Social "la Caixa" y el Departamento de Salud de la Generalitat de Catalunya, describen nuevos mecanismos naturales de control del VIH que se dan en personas capaces de mantener la cantidad de virus en sangre a niveles indetectables o muy bajos sin necesidad de medicación.
Conocer las características de esta respuesta inmunitaria tan efectiva abre las puertas a los científicos para entender cómo desarrollar una vacuna que sea capaz de imitarlas, superando el gran obstáculo para el desarrollo de la vacuna del VIH: que sea capaz de proteger contra la gran variabilidad de virus que hay no sólo en el mundo, sino dentro de cada persona infectada.
Para descifrar los mecanismos del sistema inmunitario, los científicos han analizado muestras de sangre de cerca de 1000 personas infectadas por el VIH provenientes de 3 continentes diferentes (África, Suramérica y Europa). En estas muestras se ha estudiado la respuesta inmunitaria contra el VIH, concretamente, la respuesta mediada por unos glóbulos blancos llamados linfocitos T, el rol de los cuales se cree que es clave en la acción de una vacuna.
El estudio confirma que la respuesta que predomina en los pacientes que controlan el VIH de forma natural se dirige a fragmentos del virus muy conservados, es decir, que sufren muy pocas mutaciones, e identifica los fragmentos del virus más activos a la hora de estimular el sistema inmunitario en estos individuos. Por tanto, los fragmentos descritos que inducen una buena respuesta inmunitaria como la que subraya el estudio y que son más activos, podrían formar parte de la vacuna del sida y resultar eficaces contra la inmensa cantidad de variantes del VIH.
Las nuevas características descritas de la respuesta inmunitaria, que presentan las personas que controlan el VIH a niveles muy bajos y que habrá que imitar en una vacuna, son principalmente dos. Por un lado, esta respuesta mediada por los linfocitos T resulta efectiva incluso en los casos en que se da una mutación en estas regiones tan conservadas, lo que los científicos describen como que la respuesta tiene una capacidad de reactividad cruzada elevada. Por otra parte, la respuesta activa aunque haya una concentración muy baja del fragmento del virus, algo determinante para que una vacuna sea efectiva sin ser tóxica.
Esta baja concentración de fragmentos deberá ser suficiente para activar la respuesta, lo que los científicos llaman una "alta avidez funcional". Parece ser que si se requieren pocos fragmentos, el sistema inmunitario es capaz de detectar células infectadas poco después de que el virus haya penetrado el organismo, y por tanto es capaz de evitar que la infección prolifere.
Según el coordinador del proyecto de investigación, el investigador ICREA de IrsiCaixa Christian Brander, que es a la vez el coordinador científico del programa para el desarrollo de la vacuna HIVACAT, los estudios publicados "han ayudado a los investigadores a diseñar los candidatos a vacuna que el Instituto tiene actualmente en desarrollo, y que están compuestos por fragmentos de VIH identificados en estos trabajos. IrsiCaixa ha podido identificar las mejores regiones del virus a incluir y comprobar que estimulan una buena respuesta inmunitaria como la descrita en el estudio, para que la vacuna pueda evitar que la infección prolifere una vez el virus penetra en el organismo".
FOTO: Los científicos de han analizado muestras de sangre de cerca de 1000 personas infectadas por el VIH provenientes de 3 continentes diferentes (África, Suramérica y Europa).