En los últimos tres días la actividad superficial observada en el volcán Tungurahua ha mostrado una tendencia a disminuir en lo que respecta a la altura, frecuencia y contenido de ceniza de las columnas de emisión (ver fotografía) y en el numero de las explosiones. Sin embargo, internamente el volcán continúa mostrando evidencias de mayor presión por el ascenso de un nuevo volumen de magma hacia los conductos superiores del sistema volcánico. Estas evidencias se relacionan con el incremento de la deformación registrada por los GPS e inclinómetros, la ocurrencia de sismos de fractura de rocas y la constante emisión de gases volcánicos como el dióxido de azufre SO2 que supera las 2000 ton por día.
La disminución observada de las emisiones de ceniza no implica que el actual evento eruptivo esté finalizando, por las razones ya expuestas anteriormente. El Instituto Geofísico estima que aún se debe mantener una observación muy cuidadosa de los diferentes parámetros que se monitorean en el volcán ya que podrían volver a repetirse las emisiones abundantes de ceniza en el corto plazo. El incremento observado de la presión interna en el volcán podría también desembocar en un mayor caudal de emisión del magma en cuyo caso podría aumentar la explosividad del volcán y llegar a la generación de flujos piroclásticos grandes como los ocurridos en el año 2006, posibilidad que no ha sido descartada.
Fotografía: Imagen que muestra una columna de emisión de gases y ceniza de menos de 500 metros de altura observada en la tarde del 5 de mayo de 2011