El centro de Oviedo fue 'tomado' por miles de personas, muchos niños entre ellas como es habitual, para seguir el paso de la cabalgata de los Reyes Magos de Oriente, con un séquito de 2000 figurantes, además de numerosos jinetes y la bandada de ocas, gansos y pavos que desfiló ordenadamente entre las abarrotadas hileras de gente a ambos lados de las calles del recorrido.
Sus Majestades demostraron un año más su poderosa magia, que les permitió estar presentes simultàneamente en las distintas localidades asturianas, a las que arribaron por tierra o mar, según los casos, e incluso circunnavegando cursos fluviales.
Su Majestad Baltasar tuvo unos momentos para hablar con Asturias Mundial, a la que trajo saludos de nuestros lectores en África, Pacífico y Sudeste Asiático y deseó un venturoso año no sólo a los niños, a los que esta noche llavarán sus regalos, sino también a los adultos, que "como ellos --los pequeños-- nunca deberían perder la ilusión y la esperanza, pero sobre todo la confianza en sus propias fuerzas para alcanzar las metas que se propongan, en unión de sus semejantes" al tiempo que recordó que "el amor y la solidaridad son los mejores regalos que en este mundo se pueden tener"