Investigadores de la facultad de medicina de la Universidad de Washington (EE UU) han identificado en ratones un gen necesario para que el oído interno se desarrolle correctamente.
Los resultados de este trabajo, publicados en la revista PLoS Biology, revelan que la desactivación del gen, conocido en humanos como FGF20, produce la pérdida de un tipo de células sensoriales del oído interno, las celíadas externas, responsables de la amplificación del sonido.
“Este gen puede ser un componente necesario para la futura capacidad de regenerar las células ciliadas externas. Sus mutaciones pueden afectar a la audición en los seres humanos y ser responsable de algunos tipos de sordera neurosensorial”, declara a SINC David Ornitz, co-autor del trabajo.
"El gen FGF20 puede ser un componente necesario para la futura capacidad de regenerar las células ciliadas externas"
Durante el experimento, los expertos trabajaron con ratones que disponían del gen FGF20 inactivado y comprobaron que estaban sanos, “pero que no tenían absolutamente ninguna capacidad de oír”, informa Ornitz.
Además, mientras que los ratones sin este gen perdieron cerca de dos tercios de las células ciliadas externas, sus ciliadas internas, responsables de transmitir las señales amplificadas al cerebro, no presentaban anomalías.
"Esta es la primera evidencia de que las células ciliadas internas y externas se desarrollan independientemente las unas de las otras", explica Sung-Ho Huh, autor principal del estudio.
Oír de nuevo
La mayor parte de la pérdida de audición relacionada con la edad y el ruido se debe a la desaparición de células ciliadas externas. Por ello, Ornitz y Huh creen que el gen FGF20 podría servir para regenerar las células que permitan la restauración auditiva en mamíferos y seres humanos.
“Las aves y los reptiles son totalmente capaces de recuperar la audición después de perderla a causa del ruido y de sufrir un daño. El objetivo ahora es comprobar si este gen es necesario para conseguir una respuesta regenerativa que permita oír de nuevo”, concluye Ornitz.
foto: La parte derecha de la imagen pertenece al oído interno de un ratón sin el gen FGF20, es decir, sin capacidad de oir. Imagen: David M. Ornitz