La actividad humana y el pastoero modificaron el paisaje del Lago Enol durante los últimos 200 años hasta llegar al estado actual, según se desprende de un estudio dirigido por Lourdes Lopez-Merino, de la Universidad de Brunel (Inglaterra), presentado estos días.
Sobre el análisis de muestras de sedimentos a corto recuperados del Lago Enol, en el Parque Nacional de Covadonga, en los Picos de Europa se deducen las condiciones climáticas pasadas y los impactos antropogénicos geoquímicos y biológicos (polen y diatomeas) variables en las secuencias de fecha, junto con los datos de temperatura y precipitación recogida desde 1871 en las estaciones meteorológicas de la región. El registro evidencia los cambios ambientales durante los últimos 200 años. Al final de la Pequeña Edad de Hielo ( 1800-1875 dC) la región se caracteriza por un paisaje abierto.
El uso prolongado de la zona para pastoreo de ganado mixto en las montañas, y el cultivo de centeno en el siglo XIX, contribuyó a la expansión de los pastizales a expensas de los bosques. Las temperaturas más cálidas desde finales del siglo XIX, se deducen de un cambio en las asociaciones de diatomeas y el desarrollo de los bosques locales. La transformación socio-económica durante el siglo XX, tales como los cambios relacionados con la especialización de ganado lechero, la plantación de árboles no nativos, las actividades mineras, y la gestión del parque nacional desde su creación en 1918, provocó cambios profundos en la cuenca y en la ecología del lago.
En las últimas décadas (1970-2007 dC) el registro de los sedimentos del Lago Enol, es notablemente diferente de ejercicios anteriores, e indican una menor escorrentía y aumento de la productividad del lago, sobre todo desde el año 2000. Hoy en día, el gran número de turistas que visitan la zona causa un importante impacto en este ecosistema.
1 comentario
# Lourdes Responder
02/02/2012 15:27Hola, soy la primera autora de este trabajo, y me alegra saber que ha tenido repercusión en Asturias. Muchas gracias!