Los invitados especiales de la segunda jornada de verificaciones han sido los camiones, de ahí que hayamos visto desfilar los bólidos de los equipos Kamaz y De Rooy, que se presentan como los más serios aspirantes a la victoria en la categoría. En coches y motos, los grandes outsiders del rally ultiman sus estrategias para la gran carrera.
“Es impresionante, hemos conseguido montar un ‘vivaque flotante'”, exclama divertido Etienne Lavigne al recorrer la orilla del mar de Mardel, como lo conocen los argentinos. Entre las casetas de los bañistas y la base naval, sede de las verificaciones administrativas y técnicas, el espigón se ha convertido en un gran parque de espera, donde se han instalado los competidores para hacer los últimos ajustes a sus vehículos. De buena mañana, hemos visto desfilar los camiones de las casas De Rooy, Kamaz, Tatra o Man, listos para librar una batalla feroz sobre las pistas. Raudos y veloces se han dirigido a los distintos puestos de verificación para someterse a los controles de rigor. Las conversaciones entabladas entre pilotos y observadores muestran que este año la carrera en la categoría de camiones está más abierta que nunca. La jubilación de Chagin y Kabirov (que suman 9 títulos) es un buen motivo para ello, si bien el relevo de Nikolaev y del joven Mardeev es sin duda prometedor. Los competidores se muestran tan fuertes técnicamente como libres de complejos, como explica Micki Biasion, tercer integrante de un dream team liderado por Gerard De Rooy y Hans Stacey: “Para ganar a los Kamaz, hace falta un equipo compuesto por varios camiones altamente competitivos”, explica el bicampeón del mundo de rallies. “Y este año De Rooy lo ha conseguido. Por tanto, existe una oportunidad real de alcanzar la victoria”. Consciente de la veracidad de este análisis, Ales Loprais se muestra más modesto en sus ambiciones, aunque evidentemente no olvida que ya se ha impuesto a los Kamaz en el Rally de la Seda: “Nuestra estructura no es como la suya, así que me conformo con conquistar etapas”.
Toda una demostración de fuerza en la categoría de camiones es lo que hemos visto en esta segunda jornada de verificaciones, donde han irrumpido en escena algunos “aguafiestas” de la categoría de coches especialmente esperados, empezando por Christian Lavieille, implacable en la Proto 011 Dessoude, que espera terminar entre los 5 primeros y que no termina de soltar prenda: “No quiero presionarme a mí mismo, por mucho que un buen número de pilotos observen con atención mi nuevo vehículo”. En lo que se refiere a las motos, Despres y Coma no harán su aparición hasta mañana, pero sus adversarios han tenido mucho de lo que hablar hoy. Sobre todo en relación con las sanciones que se aplicarán a cada cambio de motor. Frans Verhoeven confía en la capacidad de su recién estrenada Sherco para auparle hasta el Top 5 y compartía una hoja de ruta de lo más precisa: “Vamos a jugar con dos motores, porque creo que ninguno de los favoritos correrá el rally con un solo motor. Mi idea es cambiar de motor transcurridos los 8 primeros días de carrera”. Muy semejante es la apuesta de Jakub Przygonsky, 2º en el campeonato del mundo esta temporada: “Creo que todo el mundo cambiará el primer motor, y ninguno el segundo. Así que no cambiarán las cosas”. Para David Casteu, cabeza de cartel del equipo Yamaha France, es necesario distinguir entre información verdadera y falsa: “lo cambiaremos sin duda una vez, pero el motor puede aguantar un Dakar entero. ¡Durante las pruebas lo hemos rodado 12.000 km!”. Al final de la jornada, uno de los pesos pesados de la disciplina no mostraba sin embargo ningún interés por el debate del año. La caída que le provocó a Francisco “Chaleco” López múltiples fracturas la primavera pasada, le ha hecho volver a lo básico: “No tengo ninguna estrategia en mente ni ambición. Poder estar aquí después de lo que me ha pasado es suficiente. Quiero llegar a Lima”. ¡Como todos los pilotos y copilotos que se darán cita en la gran salida del rally el domingo por la mañana!