NASA.-Durante la noche de Fin de Año y el día de Año Nuevo, las naves espaciales gemelas de la NASA, llamadas GRAIL, que se encuentran en una misión destinada a estudiar el campo gravitacional de la Luna, iniciarán el encendido de sendos motores principales con el fin de colocar al dúo en la órbita de la Luna.
Las naves, denominadas Gravity Recovery and Interior Laboratory o GRAIL, por su sigla en idioma inglés (Laboratorio Interior y de Recuperación de Gravedad, en idioma español), serán colocadas en órbita según el siguiente cronograma: GRAIL-A lo hará a la 1:21 de la tarde, hora oficial del Pacífico (4:21 de la tarde, hora oficial del Este), el 31 de diciembre y GRAIL-B lo hará a las 2:05 de la tarde, hora oficial del Pacífico (5:05 de la tarde, hora oficial del Este), el 1 de enero.
"Nuestro equipo quizás no participe de una celebración tradicional de Año Nuevo, pero espero que ver a nuestras dos naves espaciales seguras en la órbita lunar nos dé todo el entusiasmo que necesitamos", dijo David Lehman, quien es el gerente de proyecto de la misión GRAIL, en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (Jet Propulsion Laboratory o JPL, por su sigla en idioma inglés), de la NASA, en Pasadena, California.
La distancia de la Tierra a la Luna es aproximadamente 402.336 kilómetros (250.000 millas). A las tripulaciones de Apollo, de la NASA, les tomó casi tres días viajar hasta la Luna. Lanzadas desde la Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, el 10 de septiembre de 2011, a las naves espaciales GRAIL les está llevando casi 30 veces más tiempo y, para llegar hasta allí, están recorriendo más de 4 millones de kilómetros (2,5 millones de millas).
Esta trayectoria de baja energía y larga duración ha dado a los planificadores y a los controladores de la misión más tiempo para evaluar la "salud" de las naves espaciales. Asimismo, permitió que un componente vital del único instrumento científico de las naves espaciales, el Oscilador Ultra Estable, permanezca en funcionamiento continuamente durante varios meses. Esto hará posible que alcance una temperatura operativa estable mucho antes de que comience a realizar mediciones científicas en la órbita de la Luna.
"Esta misión reescribirá los libros de texto sobre la evolución de la Luna", dijo Maria Zuber, quien es la principal investigadora de GRAIL, en el Instituto de Tecnología de Massachusetts (Massachusetts Institute of Technology o MIT, por su sigla en idioma inglés), en Cambridge. "Nuestras dos naves espaciales están funcionando tan bien durante su viaje que hemos llevado a cabo una prueba completa de nuestro instrumento científico y hemos confirmado cuál es el desempeño requerido para cumplir nuestros objetivos científicos".
Durante sus acercamientos finales a la Luna, ambos orbitadores se mueven hacia ella desde el sector sur y vuelan prácticamente sobre el polo sur de la Luna. En el caso de GRAIL-A, el encendido del motor para la inserción en la órbita lunar tomará aproximadamente 40 minutos y modificará la velocidad de la nave espacial en alrededor de 688 kilómetros por hora (427 millas por hora). Por otro lado, en el caso de GRAIL-B, el encendido del motor para la inserción orbital se llevará a cabo 25 horas más tarde, durará alrededor de 39 minutos y se espera que cambie la velocidad de la sonda en 691 kilómetros por hora (430 millas por hora).
Las maniobras de inserción colocarán a cada orbitador en una órbita elíptica, casi polar, con un período de 11,5 horas. Durante las próximas semanas, el equipo de GRAIL ejecutará una serie de encendidos en cada nave espacial con el fin de reducir su período orbital de 11,5 horas a apenas algo menos que dos horas. Cuando se inicie la fase científica, en marzo de 2012, las dos naves GRAIL estarán en una órbita casi circular, casi polar, a alrededor de 55 kilómetros (34 millas) de altura.
Cuando comiencen las tareas científicas, las naves espaciales transmitirán señales de radio mediante las cuales definirán con precisión la distancia que hay entre ellas a medida que orbitan la Luna. Viajarán sobre áreas de mayor o menor gravedad, que fueron originadas por rasgos visibles, como montañas y cráteres, y por masas ocultas debajo de la superficie lunar. Ambas naves se moverán suavemente, acercándose y alejándose entre sí. Asimismo, un instrumento ubicado a bordo de cada una de las naves espaciales medirá los cambios en su velocidad relativa con mucha precisión y los científicos traducirán esta información en un mapa de alta resolución del campo gravitacional de la Luna. Los datos permitirán a los científicos que participan de la misión entender qué sucede debajo de la superficie. Esta información aumentará el conocimiento de cómo se desarrollaron la Tierra y sus rocosos vecinos del sistema solar interior hasta convertirse en los mundos diversos que vemos en la actualidad.
Image credit: NASA/JPL-Caltech