Italia: miles de huidos del norte de África en condiciones inaceptables

Italia: miles de huidos del norte de África en condiciones inaceptables

MSF urge al Gobierno italiano a que tome medidas y asuma su responsabilidad con los refugiados, solicitantes de asilo y migrantes que están llegando a la isla de Lampedusa, muchos de ellos, procedentes de Libia.

 

La organización médico-humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) pide una vez más a las autoridades italianas que mejoren drásticamente y de manera urgente las condiciones de acogida de los migrantes y solicitantes de asilo que llegan a sus costas, especialmente mujeres y niños, menores no acompañados y personas que han sido víctimas de la violencia.

Durante el pasado fin de semana, 15 embarcaciones en las que viajaban 2.665 personas llegaron hasta las costas italianas, mientras que 715 personas más fueron rescatadas en alta mar. Alrededor del 75% de dichas embarcaciones transportaban a gente que huía del conflicto armado en Libia, y aún así, lo único que han encontrado estas personas es una respuesta totalmente inadecuada por parte de las autoridades italianas, agravando aún más su sufrimiento.

”A pesar de saber de antemano que con el buen tiempo aumenta siempre el número de embarcaciones que llega hasta las costas, y aunque también sabían que la guerra en Libia inevitablemente obligaría a huir a miles de personas, las autoridades italianas siguen respondiendo de una forma puntual y totalmente inadecuada a sus necesidades”, explica Rolando Magnano, coordinador general de MSF en Italia. ”De hecho, este fin de semana las autoridades no tenían ni ropa seca ni agua para ofrecer a todas aquellas personas que llegaban en estado de shock y con hipotermia. Cientos de personas se han visto obligadas a dormir al raso, mientras que otros muchos se encuentran en centros de detención abarrotados y donde tienen que dormir sobre colchones sucios. Allí ni siquiera tienen suficientes toallas, mantas o jabón. Es algo completamente inaceptable”.

Más personas llegan desde Libia

Las personas que han llegado en los últimos días a las costas italianas se suman a las más de 27.000 que lo habían hecho desde que empezara 2011. Una gran parte de ellas se vieron obligadas a emprender una peligrosa travesía para escapar de los levantamientos y de violencia que afectan desde diciembre de 2010 a los países árabes del norte de África. Y si bien la mayoría de quienes llegaron a principios de año provenían de Túnez, en los últimos meses el número de llegadas desde Libia ha ido en aumento. Muchas de las personas que huyen de Libia son ciudadanos etíopes, somalíes y eritreos que en su día ya habían tenido que escapar de la violencia en sus países de origen, y que en la mayoría de los casos han sufrido también las inhumanas y violentas condiciones de los centros de detención libios.

”Aquellos que llegan de Libia relatan las amenazas y la violencia que han sufrido en los últimos meses. Han sido objeto de disparos o palizas, y son muchos quienes afirman haber visto morir a familiares y amigos ante sus propios ojos”, añade Rolando Magnano. ”Nos han contado las terribles condiciones de los centros de detención de Libia, donde habría hasta 65 personas compartiendo una misma habitación, y donde pueden estar hasta un mes sin recibir agua y bebiendo la del váter. Muchos han visto perecer ahogados a sus familiares durante la travesía por mar rumbo a Italia y, cuando llegan aquí, en lugar de encontrar alivio a su situación, ven aumentar su sufrimiento, su depresión y su ansiedad”.

Las medidas tomadas son insuficientes

El pasado lunes había 1.200 migrantes hacinados en el centro de socorro y primera acogida de Lampedusa, cuya capacidad es de sólo 800 personas. Generalmente, tras pasar unos días en la isla, los migrantes y refugiados son trasladados a nuevos centros de recepción repartidos por toda Italia, tales como los de Kinisia, Manduria, Catalanissetta y Mineo. Según las leyes europeas, Italia tiene el deber de proporcionar un tratamiento prioritario y adaptado a sus necesidades a todos los solicitantes de asilo que han sufrido situaciones de violencia (lo que incluye facilitarles atención médica y apoyo de salud mental). Sin embargo, las medidas tomadas hasta ahora por parte de las autoridades italianas han sido totalmente insuficientes.

Hombres y mujeres no están debidamente separados y las personas reciben muy poca información sobre sus derechos y sobre los procedimientos legales que les amparan. A esto hay que añadir el hecho de que niños y menores no acompañados son confinados en centros que se asimilan mucho a las cárceles, lo que contraviene los derechos de la infancia. Las evaluaciones iniciales de salud mental realizadas por MSF en los centros de acogida subrayan el riesgo generalizado de depresión, ansiedad y desesperación, derivadas en parte del hecho de vivir en unas condiciones inaceptables. “Aquí hay mujeres que dicen tener miedo de dormirse, de cambiarse de ropa o incluso de ir al lavabo porque no las han separado de los hombres”, explica Magnano.

”Mientras en Europa continúan las discusiones políticas sobre el futuro de los migrantes y los refugiados, siguen llegando embarcaciones a las costas italianas y miles de personas siguen sufriendo innecesariamente. Italia tiene que actuar urgentemente, asumir su responsabilidad y asegurar unas condiciones de acogida adecuadas y dignas a quienes siguen llegando a sus costas presas de la desesperación”, concluye Loris De Philippi, director de operaciones de MSF.


MSF ha publicado un documento informativo (Buscan refugio y no encuentran sino sufrimiento) que documenta las inaceptables condiciones en las que se encuentran actualmente los migrantes, solicitantes de asilo y refugiados en Italia. El documento incluye los relatos de quienes han logrado llegar a las costas italianas y sus testimonios sobre las situaciones de las que han tenido que escapar en el norte de África.

MSF empezó a proporcionar atención médica y apoyo de salud mental a migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en Italia en 1999, en respuesta a la crisis de Kosovo. De 2002 a 2009, MSF trabajó en Lampedusa y Sicilia, puntos de llegada habituales de migrantes en pateras.

Desde febrero de 2011, los equipos de MSF se han ocupado de clasificar a  pacientes en el puerto militar de Lampedusa y de hacer su seguimiento médico en los centros de acogida de la isla. Durante este tiempo, se han llevado a cabo casi 800 consultas médicas, y distribuido más de 2.500 kits de higiene y 4.500 mantas.

 

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