UNICEF repartió su primer envío de agua y suministros médicos entre unas 15.000 familias de las afectadas por las devastadoras consecuencias de la tormenta tropical Washi.
Hasta el momento, se calcula que 200.000 niños se han visto afectados por las inundaciones en el sur de Filipinas.
Los mayores daños se han registrado en la isla de Mindanao, donde el 16 de diciembre se registró en sólo una hora la cantidad de agua equivalente a un mes entero de lluvias, que esa misma noche acabó con la vida de 957 personas.
Las necesidades más urgentes se sitúan ahora en las ciudades de Iligan y Cagayan de Oro, cuyos sistemas de suministro de agua potable quedaron totalmente arrasados.
Llamamiento de 4,2 millones de dólares
UNICEF ha empezado ya a distribuir en la zona unidades de agua móviles para el consumo y kits de higiene personal, que contienen, entre otros artículos, jabón y cepillos de dientes. Además, los equipos de trabajo en la región han instalado letrinas provisionales.
Es el principio de una respuesta que requiere cubrir muchas otras necesidades de la población filipina afectada. Según las primeras estimaciones de UNICEF, los siguientes envíos deberían de incluir mantas, colchones o colchonetas para dormir, recursos humanos para ofrecer una ayuda psicológica a los damnificados y material para el montaje de refugios provisionales.
UNICEF ha hecho un llamamiento para la recaudación de los 4,2 millones de dólares (3,2 millones de euros) que estima serán necesarios para atender a los 200.000 niños afectados por estas inundaciones.