En 2009, 225 millones de personas padecían malaria. El 78% de los afectados estaban en África. Esta cifra, que reduce el número estimado por el proyecto Atlas, se ha obtenido combinando los dos métodos actuales que existen para estimar el alcance de la enfermedad.
“Hemos estimado que en 2009 había 225 millones de casos de malaria en todo el mundo”, afirma a SINC Richard E. Cibulskis, responsable del Programa Global de Malaria de la Organización Mundial de Salud. Su evaluación reduce el número publicado por otros proyectos, como los 261 millones tasados por el Proyecto Atlas Malaria (MAP), y sobre todo fuera de África.
Esta semana publican un informe de sus resultados y una crítica a los métodos de estimación actuales. “Los gobiernos detectan y registran menos del 8% de los casos. La menor tasa de detección se da en los países más afectados”, explica Cibulskis.
La malaria es difícil de detectar ya que sus síntomas se pueden confundir con otras enfermedades febriles. “Por ello es importante confirmar todos los casos con pruebas diagnósticas, que solo las tienen en los servicios de salud”, afirma el investigador.
Estos servicios son menos accesibles en las zonas en las que la malaria tiene más incidencia. “Estas circunstancias dificultan mucho el seguimiento de la enfermedad”, denuncia Cibulskis.
La gran mayoría de casos (78%) tienen lugar en África Sahariana. “Debería centrarse la mayor parte de la atención a los países con incidencia más alta”, asegura.
Además, el 91% de los enfermos están infectados por P.falciparum, la especie más letal, según este informe.
Datos escurridizos
Actualmente se utilizan dos vías para estimar la incidencia de la malaria. La primera usa datos de los informes de seguridad de los ministerios de sanidad de cada país, ajustando la cifra para tener en cuenta los casos no diagnosticados por falta de recursos médicos, los falsos diagnósticos y el uso público y privado de los servicios públicos de los pacientes.
El segundo método parte de los informes de prevalencia del parásito y los casos de incidencia en algunas poblaciones seleccionadas, que sirven para generar, por extrapolación, mapas de riesgo en las regiones más afectadas por la malaria. Esta estimación es la que predomina en el Proyecto Atlas Malaria, uno de los planes más ambiciosos dedicados a poner datos a esta enfermedad.
Según han concluido en este informe, las estimaciones derivadas de las cifras de seguridad son más bajos que los obtenidos a partir de la prevalencia del parásito. “Por eso, nuestra estimación es más baja que otras publicadas, sobre todo en los países no africanos”, detalla Cibulskis.
“Una interpretación cuidadosa de los datos de seguridad puede ser muy útil para monitorizar las tendencias de la malaria y destacar las zonas done hace falta reforzar los programas de cura, prevención e información”, afirma Cibulskis.
"Los dos métodos tienen fortalezas y debilidades propias, y en lugar de considerarlos como dos aproximaciones enfrentadas, deberían de combinarse de manera sinérgica”, concluye el investigador.
Objetivo: poner números a la malaria
Uno de los Objetivos de Desarrollo del Milenio incluye la medición de la incidencia de la malaria.
El equipo de Cibulskis ha recopilado la información de los informes de los programas de control nacional de la malaria en 99 países en los que se sigue trasmitiendo la malaria. “Hemos obtenido los datos de los programas nacionales de malaria, de los ministerios de salud, e informes domésticos representativos nacionalmente”, describe Cibulskis.
“Hemos desarrollado un método que permite a los gobiernos estimar el número de afectados en el país, y comparar este dato con el que ellos han considerado”, cuenta el investigador.
En los países de áfrica Subsahariana, donde los datos son poco fidedignos, las estimaciones se han hecho a partir de un modelo que une datos climáticos con los casos de incidencia y tiene en cuenta la protección de las poblaciones con redes de mosquito tratadas con insecticida. “Aunque hemos utilizado los mejores informes disponibles, sigue habiendo mucha incertidumbre en las estimaciones”, admite el científico.
Grandes cambios en la evolución de la malaria
“El estudio subraya la necesidad de reforzar los sistemas de seguridad de la enfermedad”, asegura Cibulskis. “En los últimos años ha aumentado mucho la inversión en estos procedimientos, lo que ha provocado grandes cambios en el peso de la enfermedad. Esto tendría que documentarse para mostrar fácilmente los beneficios obtenidos”
El artículo publicado en PLosMed es una estimación para 2009. “La OMS presentó la semana pasada una actualización de estas cifras”, puntualiza “El número total de casos en el año 2010 se estimó en 216 millones, pero casi todas las conclusiones coinciden en los dos informes”. El documento de la OMS puede consultarse en: http://www.who.int/malaria/world_malaria_report_2011/en/
FOTO: El 78% de los casos tienen lugar en África Sahariana. Imagen: US Army Africa.