La comunicación es un elemento básico en cualquier sociedad animal, ya que desempeña un importante papel en aspectos claves de la biología de los individuos, como la defensa del territorio, la elección de pareja, etc. Los lagartos poseen un comportamiento complejo, hasta el punto de que la plasticidad de la conducta de muchas especies y su capacidad para el aprendizaje los convierte en modelos ideales para el estudio de la evolución del comportamiento social; es más, los lagartos han sido protagonistas en el desarrollo de teorías generales sobre la comunicación animal.
La gran mayoría de reptiles utilizan múltiples tipos de señales, tanto visuales como químicas, para comunicarse. Las señales químicas, en forma de marcas olorosas, son las señales más extendidas entre los vertebrados terrestres y permiten transmitir información compleja. Los machos de numerosas especies de lagartos poseen glándulas femorales que segregan unas sustancias llamadas feromonas que actúan como señales sexuales. Estas secreciones podrían ser utilizadas por las hembras para elegir a sus compañeros, ya que pueden transmitir información sobre la calidad genética y condición física de los machos.
Las hembras los prefieren vitaminados
Se conoce poco sobre la composición química de las feromonas y sobre los mecanismos que les permiten funcionar y mantenerse evolutivamente como señales sexuales. En las secreciones del lagarto verde europeo, uno de sus componentes es la vitamina E, también denominada tocoferol, que es un compuesto antioxidante de origen vegetal que desempeña un papel destacado en la defensa de las membranas celulares y en el mantenimiento del sistema inmune. Como esta vitamina es muy importante desde el punto de vista metabólico, los lagartos sólo la excretaran cuando hayan conseguido obtener un suministro abundante. Para probar esta hipótesis los investigadores del MNCN, en colaboración con otros científicos de las Universidades de Budapest y Helsinki, proporcionaron suplementos alimenticios de vitamina E a los machos de lagarto verde, analizando después si mayores niveles de vitamina E en las secreciones femorales constituían un rasgo sexual seleccionado por las hembras.
Los resultados del estudio confirman que los machos de lagarto verde que recibieron el suplemento de vitamina E en la dieta incrementaron la cantidad de vitamina E en sus secreciones. Además, las hembras muestran una clara preferencia por establecerse en aquellas áreas marcadas por machos con mayor cantidad de vitamina E, con lo que incrementarían las posibilidades de aparearse con el macho que ha marcado ese territorio. Ahora, según los investigadores, queda por demostrar a qué responde este comportamiento. Tal vez las hembras interpretan este atributo como una señal honesta de la fortaleza del sistema inmune de los machos. También podría ser un indicador de la calidad del territorio que ocupan o, más concretamente, de la abundancia de alimento de alta calidad. Además, sería necesario investigar hasta que punto la vitamina E puede incrementar la duración e intensidad de la información proporcionada por otras moléculas químicas también presentes en las secreciones femorales de los machos.
Foto: Gabi Rau