Recetas de una abuela asturiana: Ensalada de pasta con figos, jamón y Cabrales (que ye más apañada que un níspero en agosto)

Recetas de una abuela asturiana: Ensalada de pasta con figos, jamón y Cabrales (que ye más apañada que un níspero en agosto)

Queridos míos, hoy vos traigo una receta de les que nun fallan. Fresquina, sabrosa y con ese puntín que solo da el Cabrales cuando se encuentra con algo dulce, como los figos maduros que me traía el tu güelu del árbol de tras la casa. Y si lo rematamos con un buen jamón, ¿qué más se puede pedir? ¡Ah sí, pasta, que siempre alegra el alma!

Ingredientes (pa 4 personas que coman bien)

  • 300 gramos de pasta tipo conchiglie o la que tengas por casa (si ye asturiana, mejor)

  • 8 figos morados bien maduros

  • 100 gramos de jamón curado (del bueno, nada de choped)

  • Un puñadín de pistachos (pelados, eh, que no vamos a romper dientres)

  • Unas hojas de rúcula o canónigos, lo que haya en el prao o en el súper

  • Cabrales al gustu (un poco desmenuzáu, sin pasase, que el Cabrales impón)

  • Aceite d’oliva virxe extra (del que huele a aceituna y no a plástico)

  • Sal y un chisquín de pimienta negra

Cómo lo faigo yo, paso a paso

  1. Cuece la pasta con sal, que no quede mazacote, que se pueda masticar pero sin que se deshaga. Escúrrela y échale un culín de aceite pa que nun se pegue.

  2. Corta los figos en cuartos, con cariño, que son delicados como la piel d’un bebé. Si tan verdes, ponlos pa compota, que pa esto no valen.

  3. Emplata la pasta, pon por enriba la rúcula, los figos, les tirines de jamón (nun hace falta cocerlo, eh) y echa por encima el Cabrales, desmenuzáu con los deos, como si fuera nieve.

  4. Riega con aceite d’oliva, una vueltina de pimienta, y si quieres darle alegría, unos pistachos pa que crujan.

Conseyu de la güela Balbina:

Esta ensalada ye pa facer cuando calienta el sol, cuando tienes visita o cuando el corazón pide fiesta. Acompáñala con sidra bien fría o un blanco asturianu y verás tú qué alegría.

Y si sobran figos, faes mermelada, que yo tengo una receta por ahí que ye gloria bendita.

¡A cocinar, amores míos! Que nun hay cosa que una buena ensalada d’estes nun cure.

 


Abrazos fuertes, la güela Balbina.

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