Apenas dos segundos separaron a dos vehículos que rugieron en la noche del 27 de febrero, cruzando la salida sur del túnel de El Padrún (Mieres) a velocidades de vértigo: uno a 193 kilómetros por hora, el otro a 187. En un tramo de la autovía A-66 (Ruta de la Plata) donde el límite es de 90 km/h, estos excesos no solo rompieron la norma: marcaron el inicio de una investigación que ha durado casi dos meses y que hoy concluye con la imputación de ambos conductores como presuntos autores de delitos contra la seguridad vial.
La velocidad fue captada por el radar fijo del Destacamento de Tráfico de Mieres. Al tratarse de una infracción de carácter penal y no poder identificarse a los conductores en el momento, el caso pasó a manos del Grupo de Investigación y Análisis de Tráfico (GIAT), perteneciente a la Unidad de Investigación de Seguridad Vial (UNIS) del Sector de Tráfico de Asturias. La labor detectivesca que siguió incluyó el análisis pormenorizado de los fotogramas del radar, declaraciones de testigos, cálculos técnicos sobre las velocidades máximas permitidas a efectos penales y una inspección técnica ocular del tramo, analizando hasta el último detalle de la señalización.
La investigación no se limitó a comprobar velocidades. Se trataba también de descubrir quién estaba al volante en cada caso, especialmente cuando uno de los coches no coincidía con su titular registral. Tras semanas de indagaciones y colaboración con el Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas (CTDA) de la DGT, se logró identificar a los responsables: dos jóvenes de 24 y 30 años, vecinos de Mieres y Aller, respectivamente.
Finalmente, el 9 de abril, el GIAT cerró la investigación y trasladó las diligencias al Juzgado de Guardia de Mieres. Los conductores afrontan ahora un proceso penal por conducir superando en más de 80 km/h el límite establecido en vía interurbana, un delito tipificado en el artículo 379.1 del Código Penal. De ser condenados, se enfrentan a penas de prisión de tres a seis meses, multas y privación del derecho a conducir vehículos a motor por un período de más de un año.
La Guardia Civil recuerda que este tipo de velocidades extremas multiplican exponencialmente el riesgo de accidentes mortales, especialmente a la salida de túneles, donde la capacidad de reacción ante cualquier obstáculo o imprevisto se reduce drásticamente. El tramo de El Padrún, conocido por su tráfico intenso y su singular trazado, podría haber sido escenario de una tragedia esa noche de febrero.