En Oviedo, calambrazos a cambio de chupitos. ¿Qué va a ser lo siguiente? ¿La próxima Semana Santa, chupitos a cambio de crucifixión?

En Oviedo, calambrazos a cambio de chupitos. ¿Qué va a ser lo siguiente ¿La próxima Semana Santa, chupitos a cambio de crucifixión

En la ciudad de Vetusta —perdón, Oviedo— hemos llegado oficialmente al punto en que un pub ha decidido que la forma más original de vender chupitos es... electrocutar a sus clientes. No es una metáfora. Es literal. “El calambrazo” —así llaman a la ocurrencia— consiste en agarrar unos electrodos durante diez segundos mientras te pasa la corriente y, si no los sueltas, te ganas un chupito a 50 céntimos. Y de paso, una nominación directa a los Darwin Awards.

Las imágenes, difundidas con orgullo por el propio local en sus redes sociales (ahora convenientemente borradas), mostraban a chavales retorciéndose de risa, de dolor o de puro estupor eléctrico. La patronal hostelera ya ha alzado la voz y el Ayuntamiento ha prometido que “no va a mirar para otro lado”. ¡Menos mal! Porque lo siguiente podría ser un 2x1 en cubatas si logras saltar desde el tejado al contenedor sin matarte. O un chupito gratis si te tragas una avispa viva.

La cuestión es seria, aunque parezca un sketch de La hora chanante. ¿Cómo hemos llegado al punto de gamificar la descarga eléctrica como reclamo nocturno? ¿Qué será lo siguiente? ¿Chupitos a cambio de crucifixión en Semana Santa? ¿Cócteles gratis si aguantas cinco minutos en el arcón congelador del bar? Esta mezcla de Jackass con licor de garrafón no solo es peligrosa, sino una burla a cualquier intento de ocio responsable. Convertir el dolor en espectáculo para ganar seguidores y copas baratas dice mucho del estado actual de ciertas noches y muy poco de quienes las fomentan. Oviedo merece algo mejor que esto.

Dejar un comentario

captcha