Cómo me dio por hacer esta receta...
Mira tú, fue una tarde d’eses que huele a tierra mojada, que bajé a la plaza a por cuatro cosas y vi unes setes que me guiñaron l’oyín desde la frutería. "¡Llévanos contigo, Balbina!", me decíen, y como yo no sé decir que no, p’arriba vinieron. Pensé: “¿Y si les hago un cachopo a estos guajes que nun paran de comer carne?” Pues dicho y hecho. Y saliome tan rico que hasta mi nieto, que diz que les setes no-y gusten, repitió. ¡Asina que apunta!
Ingredientes (pa dos cachopos grandes o cuatro pequeños)
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4 setas grandes tipo ostra (mejor si son carnosines)
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2 lonches de jamón cocido o serrano, como te guste más
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2 lonches de queso que funda bien (de barra, gouda, cabrales suavín… lo que haya)
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Harina
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1 o 2 güevos batíos
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Pan ralláu
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Sal y pimienta
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Aceite pa freír
Paso a paso, como lo fago yo en casa
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Limpia bien les setes con un trapín húmedu. Que no les dé por meteles bajo'l grifu, ¡que se encharquen!
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Seca bien y colócales una encima de otra como si fueran dos tapas. Mete entemedies el jamón y el queso. Hazlo con mimo.
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Sálalas y pimenta un poco, pero sin pasase, que el queso y el jamón ya dan sabor.
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Pasa los cachopinos por harina, güevu batíu y pan ralláu, bien prietos.
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Fríelos en aceite caliente, vuelta y vuelta hasta que doren. Y luego, ponlos sobre papel absorbente pa quitar el exceso de grasa.
Consejos de la güela Balbina
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Si les setes son finines, puedes poner tres pa reforzar la base, como si fuera una lasaña.
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¿Nun tienes jamón? Pruébalo con cecina o incluso con chorizo cocido. ¡Experimenta!
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Acompáñalo con una ensaladina de escarola y unas patatinas al horno, que eso si que ye gloria bendita.
Bueno, querín, ya ves que hasta de unes humildes setes se puede sacar un manjar de día de fiesta. No te cortes, hazlo con lo que tengas por casa, ponle amor y dale de comer a los tuyos como se fizo siempre: con cariño, con calma y con el sabor de nuestra tierrina.
¡Y ya me contarás si repitieron, eh! Que a mí me hace ilu saber que el cachopo de setas de la abuela Balbina llega hasta la mesa de los que están lejos pero quieren comer como en casa.
Un besín grandón y…
¡Hasta la próxima receta, que ya estoy pensando en un arroz con leche que os va quitar el sentíu!