¡Ay madre, qué recetina vos traigo hoy, fíos míos! Aquí la Abuela Balbina, la de las buenas ollas, la de los pucheros que curan penas y hacen bailar a los más sosos. Hoy vos traigo una receta de les de verdad, de les de pringarse los dedos y el corazón: Lentejes con compangu asturianu. ¡Ahí ye nada!
Pa esos días que hace frío, que llueve que da gusto (y a veces hasta cuando hace sol), nada como unas buenas lentejes con su compangu de casa. Esta receta ye pa poner en la mesa a la familia, al vecín, y hasta al cartero si se presenta a la hora justa.
Ingredientes (pa 4-5 güelos con fame o 6 modernos de poco comer):
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400 g de lentejas pardinas
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1 chorizo asturianu de los buenos
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1 morcilla asturiana (de esas que tán prohibidas en 17 países)
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150 g de lacón o jamón curado
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1 trocín de tocino entreverao
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1 patata hermosa
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1 cebolla
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1 pimiento verde
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1 pimiento rojo
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2 ajos
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1 zanahoria
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1 hoja de laurel
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Pimentón (del dulce y si quieres un poco picante también)
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Aceite d’oliva, sal y agua como pa un chapuzón
El pasu a pasu (pa no perderse ni el alma)
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Lava les lentejes con amor y quítales cualquier piedrina que no sea bien recibida.
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En una pota grande, sofríe con aceite los ajos picadinos, la cebolla, los pimientos y la zanahoria. Todo cortado fino, como si lo fueras a presentar en MasterChef.
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Añade el pimentón (fuera del fuego un momentín pa que no se queme, que luego amarga, y no queremos lentejes amargaes, que bastante tenemos con la vida).
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Añade les lentejes, el laurel, el compangu (chorizu, morcilla, lacón y tocino) y la patata chascada. Cubre con agua generosa.
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Cuece a fuego mediu tirando pa baixo una hora más o menos. Que les lentejes estén tiernas y el compangu suelte todo el amor.
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Al final, prueba y rectifica de sal (¡pero ojo!, que el compangu ya suelta lo suyo).
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Si quieres espesar el caldo, machaca unas poques lentejes y vuelve a echarlas a la pota.
Mira qué pinta, fío…
(Aquí entra la foto que has subido, que ya me está haciendo la boca agua solo de verla… ¡ay omá!)
El consejín de la güela:
Si queréis que les lentejes queden de campeonato, deja reposar el puchero media horina antes de servir. O mejor aún: hazlas el día anterior. Como todo lo bueno, gana con la espera. Como el buen queso Cabrales, o el amor de la güela.
Bueno, guajes, hasta aquí la receta de hoy. Si nun vos gustan estas lentejes con compangu, ye que tenéis el corazón lleno de serrín o venís de Cuenca (con too’l respetu, ¿eh?). Mañana volveré con más recetas d’esas que te hacen cantar tonada en la cocina y pegar un baile al echar el pimentón.
¡Acordaos de dejar el plato limpio, que si non, os lo paso por la cabeza como una madre asturiana en condiciones!
¡Hala, hasta mañana, fíos míos!
Os quiere, vuestra güela Balbina. ¡Y ya me está saludando más gente por la calle, qué risa!