Asturias, una hostelería envejecida y con escasa presencia extranjera: el reto de cubrir vacantes en el corazón turístico del norte

Asturias, una hostelería envejecida y con escasa presencia extranjera: el reto de cubrir vacantes en el corazón turístico del norte

Solo dos de cada diez empleados de la hostelería asturiana son de origen foráneo, en una región donde el envejecimiento de la plantilla y la dificultad para atraer talento joven complican el futuro del sector.

 

La hostelería asturiana se encuentra en una encrucijada. Mientras otras regiones españolas apuestan por un modelo laboral cada vez más internacionalizado, en Asturias ocho de cada diez trabajadores del sector son de nacionalidad española, lo que convierte a la región en una de las más homogéneas del país en este aspecto, solo superada por Extremadura.

A nivel nacional, el mercado laboral hostelero ha cambiado notablemente en los últimos cinco años. Hoy, cuatro de cada diez empleados son extranjeros o tienen doble nacionalidad, frente al 33% de 2019. Pero en Asturias, la transformación avanza a otro ritmo: apenas un 11% de los trabajadores son extranjeros y un 9% tienen doble nacionalidad, lo que refleja una escasa diversidad en un sector en pleno proceso de relevo generacional.

Una plantilla envejecida en un sector que busca oxígeno

El problema no se limita a la falta de trabajadores de origen foráneo. Según los últimos datos, casi la mitad de los empleados del sector tiene más de 45 años, tanto en servicios de alojamiento como en restauración. Esto plantea un doble reto: la necesidad urgente de incorporar mano de obra joven y la dificultad creciente para cubrir puestos esenciales como camareros, cocineros o camareras de piso, especialmente en temporada alta.

Mientras tanto, en el conjunto de España, el sector ha vivido una recuperación significativa tras la pandemia. En el periodo 2019-2024, el empleo en hostelería ha crecido un 7,4%, alcanzando los 1,84 millones de personas empleadas. Esta recuperación ha sido posible, en gran medida, gracias al impulso de los trabajadores extranjeros, que han pasado del 26% al 30,7% del total, y de los empleados con doble nacionalidad, que han aumentado más de cuatro puntos porcentuales.

El dilema asturiano: estabilidad sí, pero con riesgo de estancamiento

Asturias destaca por mantener una plantilla mayoritariamente local y experimentada, pero este modelo empieza a mostrar señales de desgaste. Entre 2019 y 2024, el número de trabajadores exclusivamente españoles ha descendido un 4,5% en la región, una cifra preocupante en un contexto de alta demanda de personal para la campaña turística.

La situación se repite tanto en hoteles como en restaurantes y bares. En los servicios de alojamiento, por ejemplo, la proporción de empleados españoles ha bajado casi diez puntos, del 71,3% al 62,3%, mientras que en la restauración se ha pasado del 65,8% al 56,7%. La aportación extranjera ha sido clave para evitar una caída mayor, pero en Asturias ese empuje sigue siendo tímido.

Atracción de talento: el nuevo reto

Las empresas del sector son conscientes de que atraer talento se ha convertido en un desafío mayúsculo. Seis de cada diez compañías del sector hostelero afirman tener dificultades para contratar personal, y muchas reconocen que esas complicaciones se agravarán en los próximos años si no se amplía el perfil de los aspirantes.

Para hacer frente a este escenario, los empleadores han empezado a apostar por mejoras salariales, programas de conciliación y estrategias de fidelización del personal, incluyendo formación continua y opciones reales de promoción interna. Se estima que hasta el año 2030, uno de cada tres trabajadores del sector recibirá formación especializada para adaptarse a nuevas funciones o mejorar su desempeño.

Un sector en el que la mujer lidera el empleo

Otro dato relevante: la hostelería sigue siendo un sector altamente feminizado. A cierre de 2024, las mujeres representaban el 54,3% del total de empleados en Asturias, con proporciones similares entre hoteles y restauración. Esta tendencia refuerza la necesidad de políticas laborales que garanticen condiciones justas y entornos de trabajo estables, especialmente en un sector tradicionalmente marcado por la temporalidad.

Asturias necesita repensar su modelo hostelero si quiere sostener su atractivo turístico en los próximos años. Y eso pasa por hacer más accesible y atractivo el empleo en el sector, para jóvenes y profesionales de dentro y fuera de España. La buena noticia: el talento existe. El desafío es saber encontrarlo y retenerlo.

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