El escándalo por la falta de control en una mina ilegal que acabó con cinco muertos abre una grieta profunda entre los socios del Ejecutivo: dimisiones, comisiones de investigación y reproches cruzados agitan el Principado
La tragedia ocurrida en la mina de Cerredo el pasado 31 de marzo, donde murieron cinco trabajadores en una explotación presuntamente ilegal, ha pasado de ser un escándalo de gestión a una crisis política de máxima gravedad. A día de hoy, el Gobierno de coalición entre PSOE e IU en Asturias se tambalea: las diferencias sobre cómo abordar las responsabilidades por el accidente son ya irreconciliables, y en ambos partidos crecen las voces que plantean romper el pacto de gobierno.
“Gobierno de unidad”... hasta aquí
Lo que en su día se presentó como un “gobierno de unidad, progresista y reformista” empieza a hacer aguas. IU exige asumir responsabilidades políticas, mientras que el PSOE defiende una estrategia cautelosa, esperando el resultado de las investigaciones administrativas y judiciales.
El presidente del Principado, Adrián Barbón, se ha mostrado firme en señalar a la empresa Blue Solving como la principal responsable de los hechos y ha prometido “caiga quien caiga” si se confirman errores de gestión interna. Pero de momento, se niega a aceptar una comisión parlamentaria de investigación como reclaman Izquierda Unida, PP, Foro y otras fuerzas. Este choque ha tensado al máximo la convivencia en el Consejo de Gobierno.
IU: "No vamos a cerrar filas con nadie"
El líder de IU y consejero de Ordenación del Territorio, Ovidio Zapico, ha evitado respaldar la línea socialista. No solo eso: ha sido tajante al afirmar que hay responsabilidades políticas que deben asumirse y que su formación “no va a cerrar filas con nadie”. La frase resuena con fuerza en un gobierno donde hasta ahora se había gestionado el disenso con discreción.
Fuentes internas confirman que en IU ya se discute si permanecer en un Ejecutivo que, en palabras de un dirigente, “no está dando señales claras de firmeza ni de transparencia en la gestión de la crisis”.
PSOE: "No cederemos a la presión política"
En el lado socialista, la tensión no es menor. Algunos sectores del partido consideran que IU está utilizando el accidente como un arma de desgaste interno, e incluso plantean romper la coalición para gobernar en solitario o buscar nuevos apoyos. La presencia del PP y Foro liderando la solicitud de una comisión de investigación ha servido de argumento para rechazarla desde Presidencia, que teme una utilización partidista del drama.
No obstante, hay grietas internas. Algunos diputados socialistas consideran que no apoyar la comisión puede agravar el coste político del caso. Y la posición de la consejera de Industria, Belarmina Díaz, se debilita cada día, especialmente tras las duras críticas de la oposición y la presión mediática.
El calendario de la fractura
La comisión parlamentaria de investigación sigue su curso: el día 22 llegará a la Mesa de la Junta y, salvo sorpresa, el día 30 podría votarse en el Pleno. Si ningún grupo se opone por escrito, quedará automáticamente creada.
La comparecencia de la consejera Belarmina Díaz y las preguntas monográficas al presidente Barbón marcarán esta semana, decisiva para el futuro del Ejecutivo. Mientras tanto, la ruptura técnica entre PSOE e IU ya es un hecho. Solo falta saber si se formaliza.
¿El principio del fin?
Con la gestión del accidente bajo sospecha, el relato oficial en crisis, y las lealtades desmoronándose, el Gobierno asturiano entra en su fase más crítica desde el inicio de la legislatura. El caso Cerredo no solo deja cinco víctimas mortales: puede ser también el detonante político que haga volar por los aires una coalición que ya no se sostiene sobre pilares comunes.