Con solo dos kilos y tres meses de vida, la cría fue hallada sola y desorientada. Fallidos varios intentos de reencuentro con su madre, fue trasladada al centro de recuperación de Cantabria. Su destino: posiblemente reforzar la población oriental del oso pardo cantábrico.
La montaña asturiana ha vuelto a demostrar que también es escenario de historias que emocionan. El Gobierno del Principado ha rescatado a una osezna de apenas tres meses, bautizada como "Alba", en el concejo de Teverga, tras comprobar que su madre no regresaba y que la cría comenzaba a mostrar signos de debilidad. La pequeña, de tan solo 2,09 kilos de peso, fue localizada de madrugada por un agente del Medio Natural, gracias a la alerta de la Fundación Oso Pardo.
Una operación de seguimiento y vigilancia al límite
El hallazgo se produjo durante un operativo de seguimiento de osas con cría. Tras detectarse la separación, se activó de inmediato un protocolo de vigilancia continuada, con el fin de facilitar un posible reencuentro natural entre madre e hija. Como medida preventiva, se cerraron rutas de senderismo y zonas de escalada para evitar interferencias humanas en la zona.
Pero los días pasaban, y la madre no regresaba.
Drones, térmicas y rescate de madrugada
Durante casi 72 horas se intentó todo: observación a distancia, búsqueda con drones térmicos, despliegue de efectivos del Servicio de Vida Silvestre y el Servicio de Emergencias del Principado. Incluso se valoró un acercamiento asistido, que fue descartado por el riesgo extremo que suponía para la osezna, el equipo técnico y el propio grupo familiar.
Finalmente, en la madrugada del sábado, llegó el aviso. Agentes de la Fundación Oso Pardo habían divisado de nuevo a la cría. La situación era crítica: sin madre, sin refugio, sin alimento. Un agente del Medio Natural se acercó con precaución y la rescató en un momento delicado, ante la amenaza real de deshidratación y frío nocturno.
Atención veterinaria urgente y traslado controlado
Tras ser evaluada por veterinarios en Oviedo/Uviéu, se confirmó que Alba no presentaba heridas ni enfermedades, pero no era viable mantenerla sola en el monte. El domingo se volvió a evaluar la posibilidad de reunirla con su madre, pero fue de nuevo descartada. Se optó entonces por su traslado al Centro de Recuperación de Fauna Silvestre de Cantabria, especializado en oseznos y con experiencia en manejarlos sin contacto humano para evitar su dependencia.
El futuro de Alba: reforzar la especie en el oriente asturiano
El caso de Alba no es solo una historia de rescate. Es también una oportunidad para el futuro del oso pardo cantábrico. El Grupo de Trabajo del Oso Cantábrico, en coordinación con técnicos de Medio Rural, la Fundación Oso Pardo, Fundación Oso Asturias y científicos del IMIB-CSIC, valorará ahora el destino de la cría.
La propuesta del Principado es clara: reintroducirla en el oriente de Asturias como refuerzo genético para esa población, una acción que contribuiría a mejorar la diversidad y la resiliencia del oso pardo en la Cordillera Cantábrica.
Una actuación basada en ciencia, conservación y respeto
La Dirección General de Planificación Agraria recuerda que toda la operación se ha desarrollado siguiendo protocolos estrictos de conservación y con el principio de precaución como guía. “Nuestro objetivo ha sido siempre doble: proteger la vida de la osezna y preservar el equilibrio natural del oso pardo en Asturias.”