La formación militar de la princesa ha reabierto viejas diferencias entre el rey y la reina. La preocupación por su salud, las imágenes filtradas y los roces sobre su papel como futura reina vuelven a tensar la vida en Palacio. Algunos ya hablan de una ruptura sentimental en marcha.
La figura de la princesa Leonor vuelve a estar en el centro del foco mediático. Pero esta vez, no por su papel institucional, sino por las discrepancias que su situación actual ha generado en el seno de la Casa Real. Según diversas fuentes próximas a Zarzuela, la permanencia de la heredera en el buque escuela Juan Sebastián Elcano ha provocado un nuevo encontronazo entre el rey Felipe VI y la reina Letizia, cuyas posiciones son tan distintas como irreconciliables.
Una travesía con sobresaltos
Leonor embarcó en el Juan Sebastián Elcano el pasado enero como parte de su formación castrense. Desde entonces, ha tenido que enfrentarse no solo a la exigente disciplina militar, sino también a problemas físicos frecuentes: mareos, náuseas, vómitos y episodios de claustrofobia. Algunas fuentes incluso apuntan a caídas en cubierta que le han provocado hematomas, lo que ha llevado a retirarla de las guardias nocturnas, consideradas de mayor riesgo.
A esto se suma el creciente escrutinio público: durante una escala en Uruguay se filtraron fotografías en bikini de la princesa junto a un joven, lo que ha desatado todo tipo de especulaciones y una profunda preocupación en la reina Letizia, siempre celosa de la imagen pública de sus hijas.
Visiones enfrentadas sobre su futuro
Mientras el rey Felipe defiende que su hija debe completar su formación militar “hasta el final”, consciente de la importancia simbólica y estratégica de ese gesto, Letizia ha pedido su regreso inmediato a Madrid, abiertamente contrariada por lo que considera un “sacrificio innecesario” para su hija. La consorte ha llamado casi a diario al Estado Mayor para obtener informes detallados, hasta el punto de que Casa Real ha tenido que pedir disculpas por su insistencia.
La tensión estalló esta misma semana tras una acalorada discusión entre ambos. Felipe, que regresaba de un acto en León, pidió a Letizia que se ausentara de Zarzuela durante el fin de semana para que ambos pudieran tomar distancia. Fuentes próximas a Palacio aseguran que el monarca necesita espacio ante lo que considera un comportamiento “obsesivo” de la reina con respecto a Leonor.
¿Solo una discrepancia... o algo más?
Este nuevo episodio ha encendido de nuevo las especulaciones sobre el estado real del matrimonio. No es la primera vez que surgen rumores de distanciamiento. Desde hace años, se sabe que Felipe y Letizia hacen vidas separadas cuando sus hijas no están en Madrid. Las apariciones conjuntas se limitan estrictamente a lo institucional.
En 2023, el caso Del Burgo y la revelación de presuntas infidelidades pasadas marcaron un punto de no retorno para algunos observadores. Aunque la pareja mantuvo la compostura pública, las grietas internas parecen haberse ensanchado. Ahora, hay voces que apuntan a que Letizia estaría comenzando una nueva etapa personal. Algunas fuentes hablan abiertamente de una “amistad especial” que ocupa sus fines de semana fuera de Zarzuela.
De momento, ni Casa Real ni el entorno de los monarcas ha querido pronunciarse sobre estos extremos. Pero la realidad es que el caso Leonor ha hecho aflorar las diferencias más profundas en la pareja real. Y lo que hasta ahora eran rumores, empieza a parecer una separación sentimental por capítulos.
Una familia en la encrucijada
La princesa Leonor representa el futuro de la monarquía. Pero también el espejo en el que se reflejan las tensiones, las dudas y las decisiones difíciles que atraviesa hoy la Casa Real. Su estancia en alta mar ha dejado al descubierto no solo su vulnerabilidad física, sino también la fractura emocional de una familia que intenta mantener la unidad a cualquier precio.