Cuatro informadores recorrerán Somiedo, Las Ubiñas y los Valles del Oso esta Semana Santa y durante el verano. Repartirán material educativo, resolverán dudas y evaluarán cuánto saben los turistas sobre el rey salvaje de nuestros bosques.
Cuando el buen tiempo vuelve a llenar de senderistas y curiosos los rincones más salvajes de Asturias, también regresan los informadores ambientales de la Fundación Oso de Asturias (FOA). Este fin de semana arranca oficialmente una nueva edición de esta iniciativa de sensibilización y vigilancia ecológica, que se desplegará durante la Semana Santa y se mantendrá activa hasta septiembre en los parques naturales de Somiedo, Las Ubiñas-La Mesa y los Valles del Oso.
Con el respaldo de la Fundación EDP y el grupo Baldajos, que han cedido vehículos eléctricos cero emisiones para garantizar una movilidad limpia, el programa cumple ya siete años de recorrido, y cada vez resulta más necesario.
“No se trata solo de dar información, sino de generar conciencia. La naturaleza asturiana es un tesoro... y el oso pardo su emblema más vulnerable”, destacan desde la Fundación.
Educación ambiental con mirada científica
Los cuatro informadores —expertos en divulgación, conservación y atención al visitante— asesoran a los turistas sobre cómo disfrutar del entorno sin dañarlo, reparten material educativo e incluso realizan encuestas sobre el conocimiento que la gente tiene del oso pardo cantábrico, una especie emblemática de la fauna ibérica.
Durante las próximas semanas, estarán especialmente presentes en zonas de gran afluencia, reforzando la vigilancia ambiental desde la educación, en colaboración directa con los agentes del Medio Natural del Principado de Asturias.
Una red natural que exige respeto
Asturias cuenta con una Red Natural que cubre más del 40% del territorio, lo que equivale a más de 400.000 hectáreas protegidas. Esta red recibe cada año más de un millón de visitas, lo que pone en evidencia la importancia de contar con presencia activa de informadores para evitar alteraciones, intrusiones o malas prácticas.
El programa no solo protege al oso: protege el equilibrio del ecosistema. Enseña a los visitantes a ser parte del paisaje, no una amenaza para él.