El plan experimental impulsado por el Principado finaliza con éxito tras una década de veda total. La campaña ha permitido compatibilizar la conservación del erizo de mar con la sostenibilidad económica del sector pesquero, duplicando la rentabilidad de los mariscadores respecto a años anteriores.
Después de casi diez años de veda, el oricio (erizo de mar) ha vuelto a protagonizar una campaña de captura controlada en Asturias. El resultado: 13.870 kilos extraídos en apenas dos meses, que han generado unos beneficios de 182.113 euros para los profesionales del marisqueo.
La Dirección General de Pesca Marítima del Principado califica de “muy positivos” los resultados del plan de gestión, que ha permitido evaluar la viabilidad ecológica y económica de la reapertura de esta especie tan emblemática de la costa asturiana.
Zonas de captura y datos clave
La experiencia se desarrolló en tres sectores de la costa:
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Sector 1 (de la ría del Eo al río Barayo):
376 mareas – 38 mariscadores – 43% de las capturas -
Sector 2 (de Barayo a la ría del Nalón):
457 mareas – 48 mariscadores – 49% de las capturas -
Sector 3 (del Nalón al cabo de Llastres):
79 mareas – 11 mariscadores – 8% de las capturas
En total, 97 mariscadores participaron en 912 mareas, aprovechando las mareas vivas inferiores a 70 centímetros entre febrero y marzo. Se respetó un cupo diario máximo de 15 kilos por profesional, con un límite global de 15 toneladas.
Una gestión basada en la ciencia y la prudencia
Este plan piloto fue fruto del trabajo conjunto entre la administración y las cofradías, y se apoyó en un sistema riguroso de control y seguimiento diario por parte de los guardapescas, garantizando el cumplimiento de los cupos y la protección de las poblaciones.
Además, el plan no solo ha demostrado no impactar negativamente en los pedreros explotados, sino que ha permitido mejorar la rentabilidad del marisqueo, al generar una alternancia positiva entre la pesca del percebe y del oricio. Esta combinación redujo la presión sobre el percebe y duplicó los ingresos del sector respecto a años anteriores.
Una década de trabajo para devolver el oricio a las costas
Desde que en septiembre de 2016 se decretó la veda total por el deterioro de las poblaciones de oricio, el Principado ha llevado a cabo una labor constante de recuperación. Entre las acciones más destacadas:
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Trasplante de ejemplares adultos a zonas estratégicas para favorecer la protección de juveniles.
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Suelta de más de 270.000 crías cultivadas en el Centro de Experimentación Pesquera.
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Muestreos anuales en 12 pedreros del litoral asturiano para evaluar la evolución de las poblaciones.
Gracias a esta labor de restauración, dos de los pedreros mostraron una evolución suficientemente positiva como para poner en marcha esta experiencia de explotación controlada.
¿Y ahora qué?
El éxito del plan abre la puerta a nuevas campañas de extracción sostenible y plantea un futuro más esperanzador para una actividad tradicional muy valorada en el Principado. No obstante, las autoridades insisten en que cualquier paso hacia la reapertura total deberá basarse siempre en criterios científicos y de conservación ambiental.