Lo que parecía una nueva discusión más entre dos vecinos con un largo historial de enfrentamientos, terminó este lunes con un disparo en el vientre y dos hombres ingresados en el hospital. El suceso tuvo lugar en la pequeña localidad de Peruyes, parroquia rural de Margolles (Cangas de Onís), donde dos hombres de mediana edad, conocidos por sus disputas constantes, protagonizaron un episodio de violencia que ha conmocionado a la tranquila comunidad.
Los hechos ocurrieron en torno a las 17:30 horas, cuando la Guardia Civil de Asturias recibió un aviso por una agresión con arma de fuego. Lo que inicialmente parecía una pelea más entre estos dos vecinos, terminó de forma insólita: uno de ellos disparó con una carabina del calibre 22, hiriendo al otro en el abdomen. Según fuentes oficiales, el proyectil era un balín metálico, y aunque el herido fue trasladado de inmediato al Hospital de Arriondas, su vida no corre peligro.
Pero la historia tiene más matices. Durante la trifulca, también resultó herido el propio agresor, quien alega que las lesiones se las causó el hombre tiroteado durante el enfrentamiento. Tras recibir atención médica, fue detenido por los agentes de la Guardia Civil, que desplazaron varias patrullas hasta el lugar de los hechos junto con los servicios sanitarios.
Lejos de resistirse, el agresor se mostró colaborador en todo momento, según informaron fuentes del Instituto Armado. Hizo entrega voluntaria de la carabina con la que supuestamente disparó, así como de otras armas de aire comprimido que guardaba en su domicilio.
Este nuevo episodio violento ha generado estupor entre los vecinos de Peruyes, muchos de los cuales ya conocían la mala relación entre ambos hombres. “No es la primera vez que se enfrentan, siempre están a la gresca. Pero nadie esperaba algo así”, explicaba un residente, sorprendido por el despliegue de ambulancias y vehículos de la Guardia Civil que alteró la paz habitual del pueblo.
Otros, sin embargo, ni siquiera se enteraron hasta pasada la conmoción: “Yo no escuché nada, pero luego me dijeron que uno le había disparado al otro. No sé qué les pasa, pero están todo el día discutiendo”, comentaba otro vecino.
Lo cierto es que la convivencia entre ambos llevaba tiempo deteriorándose. Lo que aún no se ha esclarecido es el motivo exacto de esta última pelea, que escaló hasta niveles nunca vistos en este apacible rincón del Oriente asturiano. La Guardia Civil ha abierto una investigación para esclarecer los hechos y determinar si existía algún conflicto previo de mayor gravedad.
Lo que parece claro es que esta vez, lo que hasta ahora habían sido peleas verbales o pequeños altercados ha cruzado una línea muy peligrosa. Y todo apunta a que esta no será la última vez que la justicia tenga que intervenir en un conflicto que, en Peruyes, muchos consideran una bomba de relojería que llevaba tiempo haciendo tic-tac.