El Fondo para la Protección de los Animales Salvajes (FAPAS) ha informado del hallazgo de los restos de un oso pardo en el Parque Natural de Somiedo, específicamente en las cercanías de la localidad de Pineda. Este descubrimiento eleva a ocho el número de osos encontrados muertos en Asturias en los últimos cinco años, generando una creciente inquietud entre los conservacionistas sobre el estado de la especie en la región.
El hallazgo tuvo lugar el pasado sábado, cuando miembros de FAPAS, en colaboración con la Patrulla Oso del Principado y el SEPRONA de la Guardia Civil, recuperaron los restos óseos del animal. La zona donde se encontraron los restos es conocida por ser escenario frecuente de cacerías, especialmente batidas de jabalíes, lo que ha llevado a FAPAS a expresar su preocupación por la posible relación entre estas actividades y la mortalidad de los osos en la región.
La organización conservacionista ha señalado que la conservación del oso pardo en Asturias "va de mal en peor", subrayando la necesidad de una investigación exhaustiva para determinar las causas de estas muertes y reforzar las medidas de protección de la especie. Aunque la población de osos pardos en la Cordillera Cantábrica ha mostrado signos de recuperación en las últimas décadas, alcanzando aproximadamente 370 ejemplares distribuidos en áreas de Galicia, Asturias, Castilla y León y Cantabria, la mortalidad sigue siendo una preocupación significativa.
Estudios previos indican que una parte considerable de las muertes de osos en la Cordillera Cantábrica son atribuibles a actividades humanas. Entre 1980 y 1994, se registraron 54 muertes no naturales de osos en la región, siendo las principales causas disparos, lazos y envenenamiento. Además, investigaciones más recientes señalan que un 40% de las muertes de osos en la cordillera son causadas por el ser humano, ya sea por caza ilegal, trampas o envenenamiento.
La repetición de estos incidentes pone de manifiesto la necesidad de implementar medidas más efectivas para proteger al oso pardo en Asturias. Organizaciones como FAPAS instan a las autoridades a intensificar la vigilancia en áreas críticas y a regular de manera más estricta las actividades cinegéticas en zonas habitadas por estos animales. La coexistencia sostenible entre las actividades humanas y la fauna salvaje es esencial para garantizar la supervivencia a largo plazo de especies emblemáticas como el oso pardo en la región.