Condenado a 18 meses de prisión el joven gijonés por la muerte de un bebé tras zarandearlo

Condenado a 18 meses de prisión el joven gijonés por la muerte de un bebé tras zarandearlo

El tribunal rechaza el último recurso del acusado. El pequeño murió con lesiones brutales tras quedarse al cuidado del novio de su madre. “Me llamaba papá”, dijo en el juicio. Pero las pruebas médicas fueron concluyentes.

 

Un bebé de dos años. Un piso en Ceares. Un joven que asegura haber sido “como un padre” para el pequeño. Y una mañana de junio de 2021 que terminó en tragedia. La Audiencia Provincial de Asturias acaba de dictar sentencia firme: Raúl V. B., gijonés, pasará 18 meses en prisión por homicidio imprudente. El tribunal ha confirmado lo que los médicos ya dijeron en su momento: el niño murió por un zarandeo violento, con signos clínicos tan evidentes que no dejan lugar a dudas.

El día que se apagó una vida

Era un día cualquiera. La madre del niño estaba trabajando. El pequeño estaba a cargo del acusado, su pareja. Pero cuando los abuelos maternos llegaron al domicilio, como hacían siempre para recogerlo, encontraron una escena escalofriante: el niño estaba en su cama, semiinconsciente, sin poder reaccionar, emitiendo apenas unos quejidos.

Raúl estaba en otra habitación. Sin alarmarse. Sin intervenir. Ajeno al desastre.

Los abuelos, alarmados, avisaron a la madre, que a su vez llamó al 112. El niño fue atendido de urgencia, trasladado al Hospital de Cabueñes y, ante la gravedad de su estado, derivado al HUCA. Pero era demasiado tarde. Murió tres días después por las lesiones cerebrales provocadas.

El síndrome del bebé zarandeado: las pruebas que derribaron la defensa

Durante el juicio, el acusado insistió en su inocencia:

“Jamás le pegué. Me llamaba papá. Lo bañaba, lo cuidaba, lo llevaba al parque.”

Pero los informes médicos fueron un mazazo. Hemorragias intracraneales. Lesiones oculares. Daño cerebral severo. Todo apuntaba a un diagnóstico claro y terrible: síndrome del bebé sacudido.

Los forenses del HUCA fueron tajantes:

“Presentaba lesiones incompatibles con cualquier otra causa que no fuera un zarandeo brutal.”

La justicia habla: prisión e indemnización

El joven recurrió la condena del Juzgado de lo Penal nº 1 de Gijón, alegando que no había pruebas directas. Pero la Audiencia fue clara:

“Existen pruebas indiciarias, médicas y testimoniales, más que suficientes para sostener la condena.”

El tribunal desestimó el recurso y ratificó la pena de 18 meses de prisión. Además, el condenado deberá indemnizar con 90.000 euros a cada progenitor del niño.

El padre biológico del menor —que ejerció la acusación particular— reclamaba prisión desde el inicio. La madre, en cambio, defendió al acusado durante el juicio, añadiendo una capa más de drama a un caso ya desgarrador.

Un pequeño que ya no está. Una madre dividida. Un padre que clama justicia. Y un joven que pasará por prisión tras una de las muertes más trágicas que se recuerdan en Gijón.

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