El kit asturiano de supervivencia que se está volviendo viral para situaciones tremendas como una guerra nuclear o el fin del mundo

 El kit asturiano de supervivencia que se está volviendo viral para situaciones tremendas como una guerra nuclear o el fin del mundo

Mientras la Unión Europea promueve almacenar linternas, mantas y pastillas de yodo, en Asturias la resistencia se prepara a base de fabada, sidra y percebes. Y ojo, que no falten los tocinillos de cielo.

 

A raíz de las recomendaciones de la Unión Europea para que los ciudadanos tengan en casa un kit de emergencia para sobrevivir 72 horas en caso de catástrofes, conflictos o apagones prolongados, en Asturias no se han quedado de brazos cruzados. Al contrario: han contraatacado con su propia versión del “kit de supervivencia”. Y no incluye pilas, linternas ni mantas térmicas. Incluye cosas serias. Cosas de verdad.

Porque si el mundo se va al garete, por lo menos que nos pille comiendo bien.

¿Qué lleva el kit de supervivencia asturiano?

Este es el kit oficial no-oficial, promovido por el Ministeriu del Buen Vivir (o al menos por algún cuñao con WhatsApp y buen gusto), pensado para resistir inviernos nucleares, invasiones alienígenas, o fines del mundo con dignidad, barriga llena y una sonrisa.

Aquí el contenido básico:

  • 4 cajas de sidra (porque con una no da ni pa'l primer susto)

  • 2 cajas de vino de Cangas (por si se alarga la cosa)

  • 10 latas de fabada Campanal (si sobrevives a eso, sobrevives a todo)

  • 10 latas de callos El Llanól (el picante mantiene alerta)

  • 10 kg de picadillo (arma blanca incluida)

  • 1 quesu de Cabrales (también sirve para espantar enemigos)

  • 20 kg de fabes de Pravia (por si hay que sembrar la revolución)

  • 5 kg de morcilla de Noreña (sustento, defensa y bendición)

  • 5 kg de chorizo del Alto Aller (pólvora nutricional)

  • 10 kg de longaniza de Avilés (resistencia proteica)

  • 2 docenas de arroz con leche de Carreño (porque el apocalipsis también merece postre)

  • 2 docenas de tocinillos de cielo de Grado (para subir al cielo con estilo)

  • 10 tortillas de patata de Casa Lin (porque no hay guerra que soporte una buena tortilla)

  • 10 Ñoclas de Ovillana (para los días de gala durante el desastre)

  • 15 kg de percebes de Luanco (si sobrevives a cocerlos, ya no temes a nada)

  • Y si queda espacio... unas milhojas de Vidal. Porque la esperanza es lo último que se come.

¿Y las pastillas de yodo? Aquí lo arreglamos con orujo

Los asturianos lo tienen claro: si hay que encerrarse 72 horas en casa, que sea con dignidad y colesterol. Mientras el resto de Europa compra generadores y radios de manivela, en la tierrina se organizan espiches de emergencia.

Porque aquí no se teme al invierno, ni a los rusos, ni a los zombis. Se teme, eso sí, a quedarse sin pan pa’ mojar la salsa.

Redes en llamas

Las redes sociales ya están difundiendo el pack de resistencia asturiana con comentarios como:

“Con esto sobrevivo tres guerras, dos apagones y un suegrón en casa.”
“Lo único que falta es una gaita con cargador solar.”
“Si hay fin del mundo, que me pille en Covadonga con un tocinillo en la mano.”

¿Conclusión?

Mientras en Bruselas se plantean alarmas nucleares, en Asturias se preparan como mejor saben: comiendo bien, brindando fuerte y tomando la vida —y la muerte— con humor y sabor.

Porque si todo va a explotar... que al menos huela a fabada.

Dejar un comentario

captcha