La Unidad de Cardiopatías Familiares del hospital asturiano es uno de los diez centros de referencia del país. Cada año interviene a pacientes en riesgo vital y realiza casi 900 estudios genéticos, la mitad de ellos a personas llegadas de fuera del Principado.
En un corazón aparentemente sano puede esconderse una amenaza silenciosa. Y es ahí donde el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA) se ha consolidado como uno de los grandes referentes del país. Su Unidad de Cardiopatías Familiares diagnostica y trata cada año a más de 600 nuevos pacientes con riesgo de sufrir una arritmia grave o una muerte súbita, y realiza el seguimiento periódico de otras 1.400 personas con este tipo de patologías de base genética.
Pero su impacto va más allá de las fronteras asturianas: el HUCA realiza cerca de 900 estudios genéticos al año vinculados a estas dolencias cardiovasculares —la mitad de ellos solicitados desde otras comunidades autónomas— gracias a su designación como Centro de Referencia Nacional (CSUR) en esta especialidad, una acreditación que acaba de renovar tras superar una exigente auditoría del Ministerio de Sanidad.
Cuando la genética avisa antes que el corazón
Las cardiopatías familiares son enfermedades que se transmiten por vía genética y que pueden afectar tanto a la estructura del corazón como a su funcionamiento eléctrico. Algunas, como la miocardiopatía hipertrófica, afectan a una de cada 500 personas y pueden permanecer ocultas hasta que se produce un evento grave, a veces letal. La labor de unidades como la del HUCA es esencial para detectar esos riesgos antes de que se manifiesten.
El equipo aborda los casos con un enfoque multidisciplinar y de alta especialización. Aglutina profesionales de Cardiología (en todas sus ramas), Cirugía Cardíaca, Pediatría, Genética, Ginecología, Urgencias, Neurología y otras especialidades médicas y forenses. También colabora estrechamente con el Instituto de Medicina Legal y Ciencias Forenses de Asturias y con el Instituto Nacional de Toxicología en el análisis de casos de muerte súbita.
Intervenciones que salvan vidas
La unidad no solo diagnostica: también actúa para evitar tragedias. Cada año, el HUCA implanta unos 30 desfibriladores automáticos (DAI) en pacientes con riesgo de parada cardíaca súbita, y realiza unas 15 intervenciones quirúrgicas complejas. Entre ellas destacan unas 10 operaciones para tratar la miocardiopatía hipertrófica y 5 cirugías aórticas.
El objetivo es claro: permitir que personas diagnosticadas con estas enfermedades puedan llevar una vida activa, estable y supervisada médicamente. En muchos casos, las intervenciones se realizan en edades muy tempranas, lo que añade un valor vital al diagnóstico precoz.
Un equipo humano de referencia
En el núcleo de esta unidad trabajan de forma coordinada profesionales altamente cualificados: los cardiólogos Rebeca Lorca y José Julián Rodríguez, los biólogos expertos en genética cardiovascular Eliecer Coto y Juan Gómez de Oña, el cirujano cardíaco Rubén Álvarez, y la enfermera especializada Reyes López. Su trabajo conjunto, sumado al de los múltiples servicios implicados, sitúa a Asturias a la vanguardia de la genética cardiovascular europea.
Oviedo, sede del debate nacional
Todos estos avances han sido compartidos y debatidos estos días en Oviedo/Uviéu, que acoge la XI Reunión de la Sección de Cardiopatías Familiares y Genética Vascular de la Sociedad Española de Cardiología. Un foro donde especialistas de todo el país intercambian experiencias y actualizan conocimientos en torno a unas enfermedades que, pese a su complejidad, pueden ser combatidas eficazmente con prevención, ciencia… y corazón.
Pie de foto: De izquierda a derecha, Víctor Rodríguez, subdirector de Organización de Servicios Sanitarios del Sespa; Beatriz López Muñiz, gerente del área sanitara IV; Eduardo Villacorta Argüelles, presidente de la Sección Cardiopatías Familiares y Genética Cardiovascular de la SEC, y Rebeca Lorca Gutíerrez, presidenta del comité organizador local y coordinadora asistencial CSUR cardiopatías Familiares.