El milagro solar asturiano: el sol que nunca vimos llega con 2.600 empleos y una inversión de 2.000 millones

El milagro solar asturiano: el sol que nunca vimos llega con 2.600 empleos y una inversión de 2.000 millones

En una tierra acostumbrada a mirar al cielo buscando un rayo de sol, una inesperada revolución tecnológica promete transformar Gijón y toda Asturias con una promesa de futuro: la energía solar

 

Por increíble que parezca, el sol que rara vez calienta los cielos de Asturias será el gran impulsor de la mayor inversión industrial de la última década en la región. La empresa Sunwafe, especializada en componentes de placas solares, ha confirmado su intención de levantar una fábrica de última generación en Gijón, con una inversión inicial de 670 millones de euros que podría superar los 2.000 millones en una segunda fase. Pero la cifra que ha hecho que muchos se froten los ojos es otra: 2.600 empleos directos en una comunidad golpeada por la desindustrialización y el declive de sectores tradicionales.

La planta se ubicará en la Zona de Actividad Logística de Asturias (ZALIA), un espacio que durante años fue objeto de críticas por su parálisis, pero que ahora resucita como epicentro de una industria estratégica para la transición energética de Europa. El proyecto ya cuenta con una subvención aprobada de 199,9 millones de euros procedentes del Ministerio para la Transición Ecológica a través de fondos europeos Next Generation, el segundo mayor apoyo público recibido nunca en Asturias, solo superado por el plan de descarbonización de ArcelorMittal.

El sol no nos visita mucho, pero será el responsable de una nueva era industrial en Gijón.

Una revolución silenciosa: del silicio crudo a las células solares

La planta de Sunwafe no producirá paneles solares completos, sino una pieza clave en la cadena de valor fotovoltaica mundial: las obleas de silicio, finísimas láminas que son la base para fabricar las células solares. La empresa construirá una factoría de alta tecnología centrada en la fabricación de lingotes y obleas de silicio, utilizando como materia prima silicio de alta pureza.

El proceso industrial, complejo y extremadamente preciso, arranca con la purificación del silicio crudo, eliminando impurezas hasta lograr un material ultralimpio. Luego, ese silicio se funde y solidifica en grandes lingotes, que se cortan con sierras de hilo de diamante hasta obtener láminas de entre 150 y 200 micrómetros de grosor. Estas obleas se pulen y limpian para eliminar cualquier defecto y se preparan para su envío a otras plantas donde se transformarán en células solares activas.

Para 2030, la planta espera producir 2.500 millones de obleas anuales, equivalentes a 20 gigavatios.

Inversión internacional con sabor asturiano

Sunwafe, con sede en Barcelona y constituida apenas el año pasado, está impulsada por una sociedad de inversión en energías limpias vinculada a InnoEnergy, plataforma europea nacida con el respaldo del Instituto Europeo de Innovación y Tecnología. Aunque el principal inversor es un grupo chino –con una participación inferior al 30%–, también participan grupos europeos y un inversor asturiano, cuyo nombre no ha trascendido. El Principado de Asturias, por su parte, respalda el proyecto a través de sus instrumentos de promoción industrial.

"Este es un proyecto europeo, asturiano y global. No solo generará empleo, sino también soberanía tecnológica en un sector clave", destacan desde Sunwafe.

Gijón, epicentro logístico de la nueva energía solar

Uno de los elementos más estratégicos del proyecto es su ubicación en la ZALIA, un nudo logístico conectado a los puertos de El Musel y Avilés. Allí llegarán los barcos con silicio de alta pureza procedente del extranjero, y desde allí se exportarán las obleas a fabricantes de células solares de todo el mundo.

Este movimiento sitúa a Gijón en el mapa europeo de la cadena de valor fotovoltaica, un sector dominado hoy por China, que concentra la mayoría de los fabricantes de obleas. El desembarco de Sunwafe marca un paso decisivo hacia la reindustrialización verde de Asturias, con una actividad intensiva en empleo cualificado y potencial de crecimiento a medio plazo.

El sol trae trabajo

La cifra de 2.600 empleos directos previstos para operar la planta ha generado una ola de entusiasmo en el tejido industrial y político asturiano. Se espera que buena parte de esos puestos requieran formación técnica especializada, desde ingenieros de procesos hasta operarios cualificados en alta tecnología. También se generará empleo indirecto en sectores como logística, mantenimiento, seguridad o formación profesional.

“El sol puede que no lo veamos todos los días, pero va a iluminar el futuro de miles de familias en Asturias”, decía esta semana un responsable del proyecto.

Un giro inesperado para una tierra de carbón y lluvia

Durante décadas, Asturias fue sinónimo de minería, acero y lluvia. Hoy, podría convertirse en un referente de energía solar y alta tecnología. La paradoja no puede ser más bella: donde el sol escasea, florece una industria que lo convierte en energía.

El cielo seguirá nublado muchas jornadas, pero bajo tierra, en la ZALIA, ya se está cocinando el futuro. Y este futuro, aunque suene increíble, tiene acento solar.

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