¡Ay, corazón! Aquí te va la receta de hoy con todo el cariño de la abuela Balbina, que ya va saludando a media villa por la calle gracias a estas recetinas. Hoy te traigo una de esas que, con solo olerla, te hacen cerrar los ojos y sonreír: Setas al Cabrales, un manjar que ye gloria pura del monte y del queso.
Setas al Cabrales
Cómo aprendí yo esta recetina...
De guaja iba yo con mi güelu a buscar setas por los praos y los montes de Piloña. Él conocía cada rincón, cada sombra de castañal, y tenía un ojo pa los níscalos que ya lo quisiera un radar moderno. Una vez, al volver con la cesta bien llena, mi madre nos esperaba con una sartén al fuego y un trocín de Cabrales en la mano. “Hoy vamos a hacerlas como Dios manda”, dijo. Y desde aquel día, siempre que huele a Cabrales fundido en la cocina, me parece que vuelve mi güelu con su boina y su cesta.
Ingredientes (pa 4 personas que coman bien):
-
500 g de setas frescas (pueden ser champiñones, níscalos, o una mezcla del monte si sabes reconocerlas)
-
100 g de queso Cabrales (del bueno, del que llora un poco cuando lo sacas)
-
1 cucharada de mantequilla
-
100 ml de nata pa cocinar
-
1 diente de ajo
-
Un chorrín de aceite de oliva virgen extra
-
Sal y pimienta negra recién molida
-
Perejil fresco pa espolvorear (opcional, pero queda rebonico)
Elaboración paso a paso, como lo haría yo en mi cocina:
-
Limpia les setes con mimo, sin mojarlas mucho, que no les gusta. Si son grandes, córtalas en trozos de bocado.
-
Pela y pica el ajo finín, finín, como si lo fueras a esconder. Ponlo a dorar en una sartén amplia con un chorrín de aceite y la cucharada de mantequilla. Cuando empiece a bailar y soltar aroma, echa les setes.
-
Saltea les setes a fuego medio-alto durante unos 5-7 minutos, hasta que suelten el agüina y empiecen a dorarse. Echa un poco de sal y pimienta, que no falte el toque.
-
Añade el queso Cabrales desmenuzáu. Deja que se funda despacio, removiendo con una cuchara de madera, con paciencia, como si acariciaras la sartén.
-
Incorpora la nata, remueve bien hasta que se integre todo y quede una salsa cremosa, que huela a gloria bendita. Prueba y ajusta de sal si hace falta.
-
Sirve calentín, espolvoreando un poco de perejil si quieres darle color, con pan al lado —mucho pan, que lo vas a necesitar pa mojar.
El consejín de la abuela Balbina:
“Si tienes un poco de sidra a mano, échale un chorretín antes de la nata y deja que evapore: ¡verás qué alegría le da al sabor!”
Y pa rematar...
Disfruta estas Setas al Cabrales como si estuvieras sentáu en la cocina de una casina asturiana, con la ventana abierta al monte y el tiempo parándose un poco. Que no se te olvide compartir con quien quieras, que las cosas ricas saben el doble cuando se comparten.
Un abrazu fuerte de la abuela Balbina, que ya le cogió gustirrinín a esto de salir en el internet y ahora hasta le dicen “influencer” en la plaza. ¡Fíjate tú!
¡Hasta mañana, que tenemos otra recetina lista para sacarte una sonrisa!