Tres nuevos polluelos de quebrantahuesos nacen en libertad en los Picos de Europa y consolidan la recuperación de la especie en la cordillera Cantábrica

Tres nuevos polluelos de quebrantahuesos nacen en libertad en los Picos de Europa y consolidan la recuperación de la especie en la cordillera Cantábrica

Es la primera vez que se logran tres nacimientos exitosos en una misma temporada reproductiva desde que comenzó el programa de reintroducción en el norte peninsular. La cría de estas aves coincide con zonas donde se impulsa la ganadería extensiva como aliada de la biodiversidad.

 

La esperanza alza el vuelo en los Picos de Europa: tres crías de quebrantahuesos han nacido en libertad en esta cordillera, dos en la vertiente cántabra y una en la asturiana, marcando un hito histórico en la reintroducción de esta especie emblemática, aún catalogada como en peligro de extinción en la península ibérica.

Los nacimientos han sido confirmados por la Fundación para la Conservación del Quebrantahuesos (FCQ), en colaboración con agentes de la Guardería Medioambiental, y suponen un avance crucial en la consolidación de la población cantábrica del quebrantahuesos (Gypaetus barbatus), una de las aves más majestuosas y amenazadas de Europa.

Una temporada de cría récord

De las cinco parejas reproductoras detectadas esta temporada en los Picos, tres han conseguido incubar y alimentar a sus crías con éxito, mientras que una no llegó a reproducirse y la otra ha cambiado su área de campeo y se encuentra en seguimiento.

Uno de los datos más llamativos es la edad media de las parejas reproductoras: apenas 4,3 años, mucho menor que la de sus homólogos en los Pirineos, donde no suelen criar hasta los 9-11 años. Este fenómeno, habitual en poblaciones emergentes, indica una adaptación y maduración temprana que acelera la recuperación de la especie.

Las aves liberadas en los Picos proceden de huevos rescatados en el Pirineo aragonés, incubados en cautividad y cedidos por el Gobierno de Aragón. Una vez liberados, han encontrado en el entorno de los Picos no solo un hábitat adecuado, sino una red agroecológica en crecimiento que les proporciona alimento natural abundante.

Ganadería extensiva y biodiversidad: una alianza de futuro

Las zonas elegidas por los quebrantahuesos para reproducirse coinciden con áreas donde se impulsa activamente la ganadería extensiva de ovino, apoyada por la marca de garantía Pro-Biodiversidad. En total, 21 ganaderos cántabros y asturianos, junto a la FCQ, están transformando el modelo productivo, rentabilizando sus explotaciones y mejorando su calidad de vida sin renunciar al respeto por la naturaleza.

Estos ganaderos pastorean ya más de 5.000 ovejas, cuya actividad genera carroña natural, recurso clave para la alimentación de los quebrantahuesos, que se alimentan mayoritariamente de huesos y restos óseos.

Objetivo: volar en junio

El proceso de cría en libertad se prolongará hasta mediados de junio. Si todo avanza sin complicaciones, los tres polluelos alzarán su primer vuelo en verano, sumándose a los 37 ejemplares de quebrantahuesos que actualmente habitan en libertad en los Picos de Europa gracias al programa de recuperación.

Este ambicioso proyecto forma parte del programa LIFE, en el que colaboran el Gobierno de Cantabria, el Gobierno de Aragón, el Principado de Asturias, la Junta de Castilla y León, el Organismo Autónomo de Parques Nacionales y la empresa Endesa.

La otra cara de la historia: el rescate de Ceferino

El progreso también convive con desafíos. En Cabrales (Asturias), el ejemplar Ceferino, un quebrantahuesos de tres años, fue rescatado recientemente por agentes del Medio Natural y técnicos de la FCQ tras ser hallado herido por una vecina. Tras una primera exploración veterinaria en Llanes, se le diagnosticó una lesión cardíaca por infarto, y actualmente se encuentra en proceso de recuperación bajo vigilancia especializada.

Conservar una especie no es solo protegerla: es entender su papel en el ecosistema y buscar aliados en el territorio. La historia de estos tres nuevos polluelos es también la de un cambio de mentalidad, donde ganadería, conservación y desarrollo rural se entrelazan para demostrar que otro futuro —más salvaje, más sostenible, más justo— sí es posible.

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