La ONG advierte del deterioro climático global en vísperas del Día Mundial del Clima y reclama decisiones urgentes para frenar un desastre evitable. 2024 fue el año más caluroso en 175 años y las emisiones de CO₂ alcanzaron cifras récord
Madrid, 25 de marzo de 2025 – En un contexto alarmante marcado por los peores indicadores climáticos registrados hasta la fecha, Greenpeace ha lanzado una llamada de urgencia a España y a la Unión Europea: liderar la ambición climática global comprometiéndose a lograr cero emisiones netas para el año 2040, un objetivo que actualmente está en fase de negociación en el marco europeo.
La demanda de la organización ecologista coincide con la celebración, este 26 de marzo, del Día Mundial del Clima, una jornada que llega marcada por una realidad indiscutible: el planeta no va por buen camino. Según datos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Agencia Internacional de la Energía (AIE), 2024 fue el año más caluroso desde que existen registros, con una temperatura media global que superó por primera vez los 1,5 ºC respecto a la era preindustrial. Además, las emisiones de gases de efecto invernadero alcanzaron cifras récord históricas, agravando aún más la crisis climática.
“La situación es crítica, pero aún estamos a tiempo de evitar los peores escenarios si actuamos con rapidez, decisión y justicia climática”, señala Pedro Zorrilla Miras, responsable de la campaña de cambio climático de Greenpeace España.
Una crisis sin precedentes… y sin freno
El último informe de la OMM alerta de concentraciones sin precedentes en los últimos 800.000 años de dióxido de carbono, metano y óxido nitroso en la atmósfera. Detrás de estas cifras están el uso masivo de combustibles fósiles (carbón, petróleo y gas), la deforestación y las emisiones del sistema agroalimentario industrializado.
Lejos de mejorar, las emisiones siguen creciendo: solo en 2024, las relacionadas con el uso de combustibles fósiles alcanzaron los 37,8 gigatoneladas de CO₂, un 0,8 % más que en 2023, según la AIE. Y aunque las energías renovables cubrieron el 38 % del crecimiento de la demanda energética mundial, los combustibles fósiles aún acapararon el 54 % de ese crecimiento.
España: un país clave para liderar el cambio
Greenpeace insta al Gobierno español a tomar la delantera en la UE y fijar un compromiso firme de cero emisiones netas en 2040, una década antes del objetivo fijado para 2050. La organización recuerda que España y Europa tienen una responsabilidad histórica en esta crisis, pero también mayores capacidades para afrontar una transición ecológica justa y eficaz.
“Necesitamos valentía política, no resignación. España puede y debe marcar el camino”, subraya Zorrilla Miras.
La ciudadanía respalda este paso: más del 75 % de la población española reclama una mayor ambición climática a sus gobernantes, según las encuestas citadas por Greenpeace. Y los beneficios de actuar no son solo medioambientales: reducir la dependencia energética, mejorar la salud pública, abaratar la factura energética y hacer más habitables nuestras ciudades son efectos positivos colaterales de una política climática valiente.
Que pague quien contamina: la industria fósil en el punto de mira
Greenpeace también exige que la factura de esta crisis no recaiga en la población, sino en las grandes corporaciones contaminantes. “La industria fósil debe asumir el coste climático, económico y sanitario de su actividad”, denuncia la organización, que defiende el uso de los fondos disponibles para financiar la transición energética, las políticas de adaptación y la justicia climática.
En el Día Mundial del Clima, Greenpeace recuerda que aún hay tiempo para actuar. Pero ese margen se estrecha, y cada decisión cuenta. España tiene una oportunidad histórica de colocarse a la cabeza del cambio. Lo que está en juego no es solo el clima: es el futuro que dejaremos a las próximas generaciones.