Desde la caída en Granada hasta la llamada decisiva de Jesús Martínez: cómo el Real Oviedo destituyó a Calleja y fichó a Veljko Paunovic con la vista puesta en el ascenso
Por un momento, en los pasillos del Tartiere se hizo el silencio. Era lunes por la mañana, y tras una semana amarga en lo deportivo, la decisión ya estaba tomada. Javi Calleja no seguiría al frente del Real Oviedo. La derrota en Granada había sido el detonante, pero la sensación de que el equipo se desinflaba desde hacía jornadas ya se palpaba en las oficinas del club. A pesar de mantener la sexta plaza y los playoffs, solo 1 punto sumado de los últimos 12 fue demasiado para una directiva que quiere el ascenso ya, este año, sin excusas.
Me enteré de la destitución antes de que se hiciera oficial. Las conversaciones fueron rápidas, casi quirúrgicas. La idea no era buscar un técnico para una reconstrucción, sino alguien que llegara y encendiera la mecha del equipo ya mismo, con solo 10 partidos por delante.
Y fue ahí cuando surgió un nombre: Veljko Paunovic. El serbio estaba libre, y el presidente del Grupo Pachuca, Jesús Martínez, llevaba tiempo siguiéndolo de cerca. Ya lo conocía de su etapa en el fútbol mexicano, donde dirigió al Chivas y también al Tigres, equipo al que llegó fichado por Fernando Hierro. Pauno, como le llaman, era un viejo conocido con un pasado azul: había vestido la camiseta del Oviedo en la temporada 2000-01, cuando llegó cedido por el Atlético de Madrid. No pudo evitar el descenso, pero dejó una impronta de carácter que muchos no han olvidado.
La llamada fue directa. Nada de intermediarios. Jesús Martínez le dijo:
—“Pauno, ¿quieres volver a Oviedo y pelear por el ascenso?”
La respuesta no tardó ni medio minuto:
—“Cuenta conmigo. Quiero entrenar en España y no se me ocurre mejor sitio para empezar.”
En menos de 48 horas, el acuerdo estaba cerrado. Paunovic firmó por lo que queda de temporada, con una cláusula que podría ampliarse si se cumple el objetivo. Su llegada no es un simple cambio de técnico, es una declaración de intenciones: el Real Oviedo va a por todas.
Una trayectoria que habla por sí sola
Veljko Paunovic no es un cualquiera. Después de retirarse del fútbol profesional (donde, además del Oviedo, jugó en Atlético, Tenerife, Hannover, entre otros), comenzó una carrera de entrenador sólida y muy internacional. Fue campeón del mundo con la selección sub-20 de Serbia en 2015, dirigió al Chicago Fire en la MLS, luego al Reading en Inglaterra, y más tarde cruzó al continente americano para probar suerte en la siempre exigente Liga MX.
Pero su sueño era España. Lo confesó muchas veces. Volver, esta vez como técnico, a un país donde jugó más de una década. Y Oviedo le ha abierto esa puerta.
Cambio de rumbo
Calleja se despidió con elegancia. El club le agradeció su trabajo, su profesionalidad, su manera de ser con el vestuario. Pero en este deporte los resultados mandan. Y lo que Oviedo necesita ahora es una sacudida. Paunovic la representa: es un técnico meticuloso, con energía, capaz de transformar la dinámica de un grupo en tiempo récord.
Su primer entrenamiento será esta misma tarde, en El Requexón a las 16:00 horas, donde ya se espera un ambiente distinto. El vestuario sabe que la temporada entra en su recta final y que no hay margen para errores.
Diez partidos para hacer historia
El calendario no da tregua. Quedan diez finales para que el Oviedo se mantenga entre los seis mejores y opte a regresar a Primera División, un sueño que se resiste desde hace más de dos décadas. Paunovic lo sabe. Lo respira. Lo ha dicho al llegar:
“Estoy aquí para ganar. Vamos a pelear cada partido como si fuera el último.”
Así ha empezado esta nueva etapa. Con ambición, con presión, con fe. El Tartiere necesita volver a vibrar, y Pauno ya ha tomado el timón.