Recuerdo de guaja sentada al calor del llume, viendo cómo mi güela reblandecía los pimientos con mimo, sin prisas, como se faen les coses bones..."
Naquellos tiempos de antes, el queso Cabrales llegaba envuelto en papel mojado, fuerte como el carácter del mi tíu Lisardo. Y mi güela, que lo sabía to, decía que pa domar un Cabrales, sólo había una cosa: el pimiento rojo del piquillo, dulzón y asao, que lo abrazaba como si fueran novios. Aquella receta nun fallaba nunca. Y cada vez que la facía, en casa se escuchaba: "¡A ver cuándo lo vuelves a facer, güela!"
Pues aquí te la traigo, con to'l cariño.
Ingredientes (pa 4 persones o pa dos fartones)
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12 pimientos del piquillo (mejor si son de bote pero de calidá, ya asados)
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150 g de queso Cabrales
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200 g de queso crema (tipo Philadelphia, pa suavizar el sabor y que nun se rebelen)
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2 cucharadas de nata líquida (opcional, si lo quieres más suave)
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1 diente de ajo picadín
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Un poco de aceite de oliva virgen extra
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Sal al gustu
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Perejil fresco pa decorar (que siempre presta)
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[Opcional pa nota]: nueces picadas, que dan un crujiente divino
Paso a paso (como lo fae la güela Balbina)
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Abrimos bien los pimientos con mimo, que tan delicadinos como un confite. Secamos con papel y reservamos.
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En un cuenco, mezclamos el Cabrales con el queso crema y la nata si queremos suavizar. Machacamos con tenedor o batidora hasta que quede una pasta cremosa.
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Añadimos el ajo picadín y, si queremos, un puñadín de nueces. Removemos con alegría.
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Con una cucharilla, vamos rellenando los pimientos uno a uno, con paciencia y sin escatimar.
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En una sartén con una gotina d’aceite, doramos los pimientos por fuera, vuelta y vuelta, pa que calienten y suelten el aroma.
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Emplatamos bonitu, espolvoreamos un poco de perejil picado por encima… ¡y a la mesa!
Trucos de la güela
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Si te sobra relleno (cosa que pasa poco), lo puedes usar pa untar en pan o meter en volovanes.
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Acompaña estos pimientos con un culín de sidra o un vinín blanco frío. Y presta que nun veas.
Que se cocine y que se disfrute
Y si estás fuera d’Asturies, que sepas que con esta receta vas a sentirte en casa. Que te vas a acordar de la güela, de los praos, del olor a leña y del queso fuerte que se quedaba pegado al cuchillo. Que comer esto ye volver al corazón d’Asturies.
“¡Hola otra vez, fíos míos! Que me ha cogido gustirrinín esto de salir en la web. Ya me saludan por la calle y me dicen: ‘¡Balbina, qué guapo lo del chorizo a la sidra!’ Pues hoy les digo: ¡Probad los pimientos, que os van a facer la ola!”