Los genes del intelecto viajan en el cromosoma X, y ahí mamá tiene la última palabra
¿Te creías listo porque saliste al padre? La ciencia tiene otros planes. Un conjunto de estudios científicos recientes ha confirmado lo que muchos ya intuían (y otras no tanto): la inteligencia se hereda, sobre todo, por vía materna. La clave está en los genes relacionados con el intelecto, que viajan mayoritariamente en el cromosoma X. ¿Y quién tiene dos cromosomas X? Exacto: las madres.
La genética lo tiene claro: mamá manda en la mente
La revista especializada Psychology Spot, junto a otros medios como Gizmodo, han recogido los hallazgos de investigaciones en las que se ha demostrado que los genes que determinan el coeficiente intelectual se transmiten de forma distinta según provengan del padre o de la madre. En concreto, los genes que más influyen en la inteligencia suelen activarse solo si proceden de la madre.
Esto ocurre por un fenómeno conocido como "genes condicionados", que actúan como interruptores biológicos: se activan o desactivan dependiendo del progenitor del que se heredan. En los estudios realizados con ratones, aquellos que recibieron más carga genética materna desarrollaron cerebros más grandes y cuerpos más pequeños, mientras que los que heredaron más genes paternos tuvieron cerebros más pequeños y cuerpos más grandes.
¿Por qué la madre? Todo está en el cromosoma X
Las mujeres tienen dos cromosomas X (XX), mientras que los hombres solo uno (XY). Como muchos de los genes que influyen en la inteligencia están alojados precisamente en el cromosoma X, las madres tienen el doble de posibilidades de transmitir estos genes a sus hijos. Y no solo eso: cuando esos genes son paternos, el cuerpo suele desactivarlos durante el desarrollo embrionario.
Además, se ha detectado que los genes del padre se concentran en el sistema límbico del cerebro, el área asociada a las emociones y los impulsos, mientras que la corteza cerebral —responsable del pensamiento lógico, el lenguaje y la toma de decisiones— está dominada por los genes maternos.
Estudios en humanos y animales confirman la tendencia
Una de las investigaciones más citadas se realizó en Escocia, donde se analizaron los casos de más de 12.000 jóvenes entre 14 y 22 años. El resultado fue contundente: el coeficiente intelectual de la madre era el mejor predictor del CI de los hijos, incluso más que el nivel educativo o socioeconómico del padre.
Otro estudio, publicado por el Consejo Médico de Investigación Social del Reino Unido, reveló que los niños cuyas madres eran más inteligentes tendían a obtener mejores resultados en pruebas de lógica y memoria, incluso cuando otros factores eran similares.
Pero no todo es genética: el entorno importa (y mucho)
Aunque los genes tienen mucho que decir, la inteligencia no es un destino cerrado. El ambiente en el que crece un niño también influye enormemente: la estimulación temprana, el tipo de crianza, el acceso a educación de calidad, la nutrición, el juego y el afecto son factores decisivos.
Según diversos psicólogos del desarrollo, los niños que crecen en hogares con rutinas estables, diálogo, lectura, exploración y cariño tienen más probabilidades de desarrollar su potencial intelectual al máximo. Y aquí, claro, madre y padre pueden (y deben) sumar por igual.
✅ En resumen:
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La inteligencia se hereda mayormente a través de la madre gracias a los genes del cromosoma X.
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Estudios en ratones y humanos respaldan esta teoría genética.
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El ambiente también juega un papel esencial: la estimulación, la educación y el afecto son clave.
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Padres, tranquilos: tenéis un papel fundamental… aunque el gen brillante lo haya puesto mamá.
¿Tu madre era lista? Pues felicítala. Y si además te enseñó a leer, también le debes que hayas entendido este artículo. Mamá lo hizo otra vez.