Esta tarta ye de les que se facíen cuando venía visita, o cuando el yayo traía almendra del mercado de Grado. Yo, Balbina, aprendí a facela con la mia güela Neli, que tenía les manos curtíes y la voz más dulce que la miel. Dábame un delantalín pequeñu y decíame: “tú muele, que yo bato”. Y así, entre risu y migayes, pasaban les hores más felices de la infancia.
Ingredientes (pa una tarta de 8-10 raciones):
- 250 g de almendra molida (mejor si ye tostada un poco antes)
- 250 g de azúcar (puedes poner 200 si te gusta menos dulce)
- 5 huevos camperos bien grandes
- Ralladura de 1 limón (sin lo blanco, ¡que amarga!)
- 1 cucharadita de canela (opcional, pero a mí siempre me prestó)
- Mantequilla y harina pa engrasar el molde
- Azúcar glas pa espolvorear (que quede como nieve sobre el monte)
Cómo se hace (pasín a pasín, como debe ser):
- Precalienta el fornín a 180°C, calor arriba y abajo.
- Engrasa un molde redondo de unos 22-24 cm con mantequilla y espolvoréalo con harina. Sacude el sobrante (o usa papel de hornear, si ye más moderno).
- Bate los huevos con el azúcar hasta que espumen bien, con varilles o con brazo fuerte, como facíamos antes. Quede una mezcla clara y con aire.
- Añade la ralladura de limón y la canela, y remueve con mimo.
- Incorpora la almendra molida, poco a poco, envolviendo con una lengua de silicona o cuchara de madera. No batas fuerte, que no queremos perder el aire.
- Vierte la mezcla en el molde y alisa la superficie.
- Mete al horno y cuece unos 35-40 minutos, hasta que al pinchar con palillu salga limpio.
- Saca, deja enfriar y desmolda con cariño. Espolvorea con azúcar glas por encima, que quede nevadina.
Truquinos de la güela:
- Si tu almendra ye recién molida, tuéstala 5 minutinos en una sartén pa sacar to'l sabor.
- Esta tarta mejora al día siguiente, así que si puedes, guárdala bien tapadina y déjala reposar.
- Con un chorrito de anís o un vino dulce al lado, acompaña que da gloria.
Y recuerda, mi amor:
Esta tarta no solo ye rica... ye memoria amasada con almendra, ye tradición asturiana con corazón dulce. Fácila, compártela y que no se pierda nunca lo que sabe a casa.
Un besín muy fuerte,
Abuela Balbina
"Agora que salgo más por interné, hasta me saludan pola calle. ¡Qué cosas!"