Polémica en EMULSA: denuncian precariedad laboral y externalización del servicio de desratización en Gijón

Polémica en EMULSA: denuncian precariedad laboral y externalización del servicio de desratización en Gijón

Trabajadores y sindicatos critican la gestión de la empresa pública, que amplía la contratación externa del servicio de control de plagas mientras se niega a convocar plazas fijas

 

El servicio de desratización y control de plagas en Gijón se encuentra en el centro de la polémica tras las recientes decisiones de la Empresa Municipal de Servicios de Medio Ambiente Urbano de Gijón (EMULSA). La externalización del servicio ha generado un fuerte rechazo por parte de los trabajadores y la representación sindical, que denuncian una deficiente gestión de recursos humanos y una estrategia encubierta de privatización de servicios esenciales.

La controversia se originó con la renuncia de un trabajador a una movilidad funcional dentro del servicio de control de plagas, una decisión que puso en evidencia la falta de estabilidad en estos puestos y la negativa de EMULSA a convocar plazas estructurales.

Un trabajador denuncia precariedad y rechaza la movilidad funcional

El trabajador David Saavedra García, quien había sido reasignado temporalmente a la unidad de control de plagas en junio de 2024, decidió en diciembre renunciar a dicha movilidad por considerar que este puesto debería cubrirse con personal fijo y no mediante contratos temporales. En su carta de renuncia, Saavedra dejó claro que su decisión no respondía a una falta de compromiso, sino a una cuestión de principios.

"Es importante que la empresa apueste por la estabilidad laboral en puestos que forman parte de la estructura básica de la organización", señaló el trabajador en su escrito, denunciando que la falta de convocatoria de plazas genera inestabilidad y precariedad en un servicio esencial para la ciudad.

EMULSA amplía la externalización del servicio de desratización

La indignación entre los trabajadores aumentó cuando se confirmó que EMULSA ampliará la contratación externa del servicio de desratización en 2025, pasando de tres meses a ocho meses. En 2024, la externalización solo se realizó de julio a septiembre, mientras que este año abarcará desde abril hasta noviembre.

Los sindicatos consideran que este cambio demuestra que el servicio tiene una naturaleza estructural y debería gestionarse con empleo público estable. "No se trata de una necesidad puntual, sino de un servicio permanente que la empresa debe asumir con personal propio", recalcan desde la representación sindical.

Desde la Sección Sindical de CT en EMULSA, denuncian que la empresa se niega reiteradamente a convocar plazas estructurales, lo que obliga a los trabajadores a cubrir este servicio de manera temporal y sin estabilidad laboral.

"Desde hace años, este puesto se cubre mediante movilidad funcional temporal, generando incertidumbre y dificultando la conciliación laboral de los empleados", señala el comunicado sindical.

Acusaciones de doble vara de medir en la formación del personal

Otro punto de conflicto es la doble exigencia formativa dentro de EMULSA. Según los trabajadores, los operarios encargados del control de plagas deben contar con certificaciones específicas y formación especializada para manipular sustancias peligrosas. Sin embargo, los capataces no tienen ninguna obligación de formación específica para supervisar estos trabajos.

Esta diferencia de criterios es vista como una desigualdad dentro de la empresa, que en lugar de formar y consolidar un equipo estable para el servicio de desratización, opta por subcontratar a empresas externas.

Los sindicatos denuncian un intento de privatización encubierta

Para la Sección Sindical de CT en EMULSA, la externalización progresiva del servicio de control de plagas es una privatización encubierta que pone en riesgo el empleo público y la calidad del servicio.

"Rechazamos firmemente cualquier intento encubierto de privatización de servicios esenciales en EMULSA. Reivindicamos el empleo público y la convocatoria inmediata de plazas estructurales", afirman en su comunicado.

Los trabajadores exigen a la dirección de EMULSA que ponga fin a la temporalidad en estos puestos y que priorice la estabilidad y la transparencia en la gestión de los recursos humanos.

Conclusión: un conflicto en aumento

El conflicto entre EMULSA y los trabajadores del servicio de control de plagas sigue creciendo. Mientras la empresa mantiene su apuesta por la externalización, los sindicatos y empleados insisten en la necesidad de garantizar un empleo estable y bien regulado para gestionar un servicio fundamental para la higiene urbana de Gijón.

La polémica ha puesto de manifiesto la tensión entre la gestión pública de servicios esenciales y la creciente tendencia a la subcontratación, dejando abierta la incógnita sobre cuál será el futuro de la desratización en la ciudad.

¿Seguirá EMULSA externalizando el servicio o accederá a convocar plazas fijas?

Por ahora, la respuesta sigue en el aire.

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