El trágico suceso que conmocionó a Grado ha tenido el peor desenlace posible. El niño de 13 años que el pasado jueves se precipitó desde el balcón de su casa, en el barrio de Los Niserinos, ha fallecido en la UCI pediátrica del Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), donde permanecía ingresado en estado crítico.

El menor, que sufrió múltiples lesiones y varias paradas cardiorrespiratorias tras la caída, no pudo superar la gravedad de sus heridas, a pesar de haber sido intervenido de urgencia. La noticia de su muerte ha sacudido a la comunidad, que desde el momento del accidente se mantenía en vilo con la esperanza de su recuperación.

Una caída inexplicable y una investigación en marcha

El caso sigue bajo investigación por parte de la Guardia Civil, que trata de esclarecer las circunstancias exactas de lo sucedido. Según los primeros indicios, el niño cayó desde el balcón de su vivienda en circunstancias aún confusas. Un obrero que trabajaba en las inmediaciones llegó a verlo colgado de la alta barandilla del balcón, segundos antes de precipitarse al vacío.

En el domicilio, en el momento de la tragedia, se encontraba una menor de 14 años, hija de una amiga de la madre del pequeño. Fue ella quien, tras la caída, llamó a la puerta de unos vecinos pidiendo ayuda y con la ropa ensangrentada, según relataron testigos. La menor afirmó haber discutido con el niño y aseguró que él la había atacado con un cuchillo. Posteriormente, tuvo que ser atendida en el lugar por una contusión en la cabeza y fue trasladada al hospital, donde recibió el alta médica al día siguiente.

Estos datos han llevado a los investigadores a centrarse en una serie de interrogantes clave:

• ¿Cómo pudo el menor caer del balcón teniendo la mano derecha escayolada?
• ¿Qué sucedió exactamente en la vivienda antes de la tragedia?
• ¿Pudo haber algún factor externo que influyera en lo ocurrido?

Hasta el momento, la única versión disponible es la de la menor que estaba en el domicilio. La Guardia Civil sigue recopilando testimonios y pruebas para determinar si la caída fue accidental o si hubo algún otro desencadenante.

Un entorno en shock y un llamamiento a la unidad

El fallecimiento del niño ha dejado a la localidad de Grado sumida en una profunda conmoción. El Ayuntamiento ha decretado la suspensión de todos los actos previstos para el fin de semana en señal de duelo y ha anunciado que se guardará un minuto de silencio en los eventos deportivos programados en el concejo. Además, se estudia la posibilidad de rendir un homenaje al menor en el instituto donde cursaba sus estudios o en el propio consistorio.

El alcalde de Grado ha hecho un llamamiento a la calma y la unidad vecinal, condenando los "inaceptables mensajes racistas y de odio" que han surgido en algunos sectores tras el suceso. "Este es un momento para acompañar a la familia en su dolor, no para dividir", ha señalado.

Una familia rota por la tragedia

El pequeño vivía con su madre y sus dos hermanos menores. En el momento del suceso, la madre se encontraba en Bilbao, realizando trámites en el consulado de Marruecos, su país de origen. Antes de la caída, el niño había hablado con ella por videollamada, asegurándole que se iba al colegio, aunque finalmente no llegó a asistir.

La madre, devastada por la noticia, ha contado con el apoyo de amigos y familiares en estos momentos de dolor. Testimonios cercanos han asegurado que el niño era feliz, responsable y no tenía problemas emocionales graves. Aunque le afectó la separación de sus padres, "como a cualquier niño", nunca había mostrado indicios de una conducta preocupante.

El dolor de un pueblo que busca respuestas

Mientras la investigación sigue su curso, Grado llora la pérdida de un niño que, con solo 13 años, ha dejado un vacío imposible de llenar. Su trágica muerte deja más preguntas que respuestas, y una comunidad que clama por entender qué ocurrió realmente en el interior de aquella vivienda antes del fatídico desenlace.