¡Hola, cielín! Aquí estoy, ya con las manos manchadas de harina y la olla al fuego, que hoy vamos a preparar un plato de los de toda la vida: verdinas con langostinos. ¡Esto sí que es un manjar! Y no me digas que no, porque te lo digo yo, que en mi casa siempre hemos tenido verdinas para todo, y si les añades unos buenos langostinos, ya ni te cuento. ¡Eso sí que es comer como dios manda!
Este plato es de esos que me enseñó mi madre, con sus trucos y sus risas, y te aseguro que en la mesa no falta de nada. De eso se trata, de disfrutar con lo que tenemos aquí, en nuestra tierrina, con lo que nos da la mar y la huerta.
Así que, querido/a mío/a, si tienes una cuchara a mano, vamos a ponernos a ello, que hoy no hay excusas. Si tienes hambre, ¡sigue leyendo, que esto tiene su truquillo!
Ingredientes (para cuatro comensales, que en Asturias siempre comemos con apetito)
- 500 gramos de verdinas (si son de la tierra asturiana, mejor que mejor, ¡que eso no tiene igual!)
- 200 gramos de langostinos frescos (de esos que huelen a mar, que no haya dudas)
- 1 puerro, que le da un toque suave y perfecto
- 1 zanahoria, cortada pequeñita, que le da color y buen sabor
- 1 cebolla grande, de esas que se nos caen a veces por la risa, pero que dan sabor a todo
- 2 dientes de ajo, que son los que le dan el toque auténtico a cualquier guiso
- 1 hoja de laurel, porque no hay guiso asturiano sin su laurel, ¿verdad?
- Aceite de oliva virgen extra, de ese que huele a campo y sabe a cielo
- Sal y pimienta, al gusto, porque como decía mi madre: "Con sal, todo tiene más alegría"
- Caldo de pescado, o si no tienes, con agua y un poquito de pescado, que ya te digo que va a saber igual de rico
- Unos hilos de azafrán, que si los tienes, le van a dar un toque de lujo, como a la fiesta
Elaboración:
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Prepara las verdinas: En una cazuela grande, pon las verdinas a hervir con agua y un poco de sal. Tienes que cocerlas a fuego lento durante unos 40-50 minutos, hasta que estén tiernas, pero no se deshagan. ¡Cuidao con pasarte, que en Asturias nos gusta verlas enteras, con cuerpo!
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Haz el sofrito: Mientras las verdinas van cociendo, pon una sartén grande con aceite de oliva a calentar. Añade la cebolla, el puerro, la zanahoria y los ajos picados bien pequeñitos. Sofríe todo a fuego lento hasta que esté dorado y huela a gloria. ¡Ya sabes, lo bueno se hace despacio!
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El toque marinero: Pela los langostinos (si son frescos, mejor que mejor) y, cuando el sofrito esté listo, añade los langostinos pelados. Saltéalos un ratito hasta que tomen color, ¡y ese olor a mar que te digo, que parece que te ha llegado la brisa al salón!
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Unimos todo: Cuando las verdinas estén cocidas, escúrrelas bien y añádelas a la sartén con el sofrito y los langostinos. Remueve con cuidado para que se mezcle todo bien. Añade el caldo de pescado (si tienes caldo casero, mucho mejor, si no, agüita con un toque de pescado), y deja que todo se mezcle durante unos 10 minutos a fuego lento.
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Toque final: Añade los hilos de azafrán (si tienes, ¡qué lujo!), y déjalo reposar unos minutos para que los sabores se amalgamen bien. Rectifica de sal y pimienta al gusto. ¡Y a comer!
El toque final, como siempre digo yo...
Y bueno, mi cielo, ya tienes en la mesa una verdinas con langostinos que ni el mar ni la tierra tienen competencia. De verdad, qué plato más delicioso, y sobre todo, con todo el cariño del mundo. Como siempre dice la abuela, "que se quede el amor en cada bocado", que es lo que importa.
¡Que aproveche, querido/a mío/a! Y no olvides siempre, como digo yo, "el pan para mojar". Así que, cuando acabes, no te olvides de rebañar el plato, que en Asturias, siempre se hace todo con amor y sin prisa.
¡Un abrazo apretado de la abuela Balbina!