La Policía confirma que el cuerpo de la mujer, momificado, no presenta signos de violencia, pero su hijo pasó a disposición judicial por posible fraude y omisión del deber de socorro
El caso que ha conmocionado a Asturias sigue sumando detalles escalofriantes. La Policía ha confirmado hoy que la mujer hallada muerta en su domicilio de Oviedo llevaba años fallecida, mientras su hijo, con quien compartía la vivienda, convivía con su cadáver en condiciones de extrema insalubridad. La investigación sigue abierta para esclarecer los motivos exactos de la muerte, pero las primeras conclusiones forenses indican que el cuerpo no presenta signos de violencia y se encuentra momificado debido al tiempo transcurrido desde el fallecimiento.
Un hogar convertido en un basurero insalubre
El hallazgo tuvo lugar en un piso de la calle Luis Rodríguez Pire, en el barrio de La Carisa, después de que los vecinos alertaran a la Policía debido a un hedor insoportable que emanaba del inmueble. Los agentes, tras obtener una orden judicial, accedieron al domicilio y encontraron una escena dantesca: montones de basura hasta la altura del sofá, un aire irrespirable y 14 animales en condiciones deplorables (11 perros y 3 gatos), que han sido rescatados y trasladados a un refugio.
Según los informes policiales, el hijo de la mujer, identificado como José R., de unos 50 años, había estado conviviendo con el cadáver de su madre sin dar aviso a ninguna autoridad ni a los servicios sanitarios. Durante este tiempo, siguió cobrando su pensión, lo que ha abierto una línea de investigación por presunto fraude y omisión del deber de socorro.
Una mujer desaparecida del mundo desde antes de la pandemia
Las declaraciones de los vecinos han sido clave para reconstruir los últimos años de 'Tina', como era conocida la mujer de 73 años. Algunos afirman que no la veían desde antes de la pandemia, aunque en ocasiones creían escuchar su voz en el interior de la vivienda. Su hijo, cuando era preguntado por ella, aseguraba que "estaba bien en casa", pero evitaba cualquier contacto con los vecinos.
Los investigadores ahora analizan si José pudo haber grabado audios de su madre o fingido conversaciones para evitar sospechas. Su actitud esquiva y su aparente rutina diaria, saliendo temprano por la mañana a hacer la compra, hizo que las alarmas no saltaran antes.
Una relación de dependencia y un encierro prolongado
Madre e hijo se habían mudado al piso de La Carisa hace 30 años, dejando atrás su anterior vivienda en el barrio de Vallobín. Según vecinos y conocidos, tenían una relación muy estrecha, hasta el punto de ser inseparables. Sin embargo, con el paso del tiempo, la mujer dejó de salir de casa, cortando toda relación con el exterior.
El deterioro del hogar y la acumulación de basura también reflejan un posible síndrome de Diógenes, una patología que afecta a personas con tendencia al aislamiento y la acumulación compulsiva de objetos y desechos. Las autoridades estudian si José sufría algún trastorno mental que le impidiera gestionar la situación.
El proceso judicial y la investigación forense
José R. pasó hoy a disposición judicial y se enfrenta a posibles cargos por fraude a la Seguridad Social y omisión del deber de socorro. De confirmarse que siguió cobrando la pensión de su madre tras su muerte, podría afrontar un proceso penal.
Por otro lado, los forenses continúan analizando el cuerpo de 'Tina' para determinar la fecha exacta de su fallecimiento y descartar cualquier posibilidad de una muerte violenta. Se espera que el informe toxicológico arroje luz sobre las causas del deceso.
Una tragedia con muchas preguntas abiertas
Este macabro suceso ha dejado impactada a la comunidad de Oviedo y ha generado numerosas preguntas sobre cómo pudo pasar tanto tiempo sin que nadie detectara la situación. Mientras la investigación sigue su curso, los vecinos y conocidos de 'Tina' intentan asimilar lo ocurrido en un caso que pone en evidencia el riesgo del aislamiento social y la falta de redes de apoyo para las personas mayores.