El horror se desveló en la tarde del lunes en La Corredoria, Oviedo, cuando la Policía Nacional entró en el piso de la calle Lucas Rodríguez Pire, en el que se encontró el cadáver momificado de Lorentina Suárez, una mujer que llevaba posiblemente años muerta, rodeada de basura, animales y un ambiente insostenible. A su lado, su hijo José, de 45 años, fue detenido en un estado de evidente angustia y nerviosismo, con un perfil cada vez más sombrío: un hombre que, según los vecinos, había estado cobrando las pensiones de su madre durante todo este tiempo sin que nadie sospechara su trágico destino.
El descubrimiento del cadáver, que no presentaba signos externos de violencia, se produjo después de varias semanas de quejas por los olores nauseabundos que emanaban del apartamento. Cuando la Policía Nacional se personó en la vivienda, el hijo de la fallecida, claramente alterado, dio versiones contradictorias sobre el paradero de su madre. Finalmente, con orden judicial, los agentes entraron a la fuerza en la vivienda. Lo que hallaron fue un horror indescriptible: el cuerpo momificado de Lorentina en una habitación rodeada de montones de basura, con ventanas tapiadas y sin luz, y un olor putrefacto impregnando el ambiente. A su lado, once perros y tres gatos, que habían estado viviendo en un entorno de total abandono, fueron rescatados y llevados por la Fundación Protectora de Animales.
Los detalles que surgen sobre el hijo, José, apuntan a un comportamiento extraño durante los últimos años. Diagnosticado con el síndrome de Diógenes, su condición lo llevó a vivir en condiciones extremas, recluso en su propia casa junto a su madre muerta. A pesar de la evidente crisis, siguió adelante con una vida semiaislada, realizando compras con frecuencia en horarios intempestivos y evitando el contacto con los vecinos. La mayoría de los residentes del bloque no tenían ni idea de lo que sucedía detrás de esas paredes cerradas, aunque algunos aseguraron haber percibido el extraño comportamiento del hijo durante los últimos años.
El impacto de este hallazgo ha dejado a los vecinos de La Corredoria profundamente conmocionados. Muchos reconocen que, si bien el hijo era conocido por su comportamiento excéntrico, jamás imaginaron que este extremo abandono llegaría a tal punto. Mientras tanto, la Policía Nacional sigue investigando las circunstancias de la muerte, con el cuerpo de Lorentina siendo sometido a una autopsia para esclarecer la causa exacta de su fallecimiento. Se especula que la mujer podría haber muerto por causas naturales, aunque la incertidumbre persiste.
José, el hijo detenido, ha sido sometido a una evaluación psiquiátrica y está en prisión preventiva mientras se resuelven las investigaciones. La comunidad se pregunta cómo un ser humano pudo llegar a vivir en tales condiciones, con el sufrimiento y la soledad de una madre olvidada durante años.