El presidente destaca la fortaleza del sistema sanitario y el esfuerzo colectivo frente a la pandemia, que dejó más de 4.500 víctimas en la región.
El presidente del Principado de Asturias, Adrián Barbón, ha presidido en la jornada de ayer un emotivo homenaje en recuerdo de las más de 4.500 personas que fallecieron a causa de la covid-19 en la región. Con motivo del quinto aniversario del inicio de la pandemia, Barbón ha resaltado que el 11 de marzo debe ser un día de memoria y tributo: “Recordar el 11 de marzo es la manera de honrar a las víctimas y de rememorar lo que vivimos, porque hace cinco años la historia cambió”, ha afirmado.
El acto, que tuvo lugar junto al Texu de l’Alcordanza, en el Hospital Universitario Central de Asturias (HUCA), ha contado con las intervenciones de la consejera de Salud, Concepción Saavedra, y el anterior responsable del área sanitaria, Pablo Fernández Muñiz. Todos los presentes han destacado la fortaleza del sistema sanitario asturiano, que permitió hacer frente a la crisis sanitaria gracias a años de inversión en salud, lo que permitió dotar al HUCA de recursos suficientes para procesar más de tres millones de pruebas PCR y habilitar un hospital de campaña de 144 camas en el recinto ferial Luis Adaro de Gijón/Xixón. También se medicalizaron más de un centenar de residencias de mayores, lo que permitió salvar muchas vidas.
Barbón ha reconocido que no todo fue perfecto durante los primeros momentos de la crisis sanitaria, pero ha destacado que, en todo momento, el Gobierno asturiano supo priorizar lo más importante: la salud y la vida de las personas. “Antepusimos la salud y la vida a todo lo demás, pero facilitamos más ayudas que ninguna otra comunidad para que la actividad económica pudiera sostenerse. Fuimos capaces de transmitir que rendirse no era una opción”, subrayó el presidente, que calificó la respuesta asturiana como “a la altura de las circunstancias, a pesar de los errores”.
En este sentido, Barbón hizo especial hincapié en la necesidad de comprender que todas las vidas son valiosas, independientemente de las dificultades. “Tuvimos claro que una vida es importante por sí misma y que había que salvar todas las posibles”, señaló, añadiendo que el modelo de respuesta aplicado en Asturias ayudará a “sentar las bases para el futuro”.
El presidente también reflexionó sobre el aprendizaje que dejó la pandemia, destacando dos aspectos fundamentales: la vulnerabilidad humana y la necesidad de cuidar de los demás. “Fuimos conscientes de que, en un mundo cada vez más individualista, era esencial apoyarnos los unos a los otros”, manifestó, agradeciendo la dedicación de todos aquellos que estuvieron en primera línea, como el personal sanitario y sociosanitario, el personal docente, los servicios de limpieza, las fuerzas y cuerpos de seguridad, los trabajadores de supermercados, las farmacias y el transporte sanitario, entre otros sectores vitales. Además, destacó la responsabilidad ciudadana como pieza clave en la gestión de la crisis.
Este 11 de marzo no solo marca el aniversario de la primera muerte por coronavirus en Asturias, la del salesiano Avelino Uña, sino que también ha sido establecido como el Día de la Memoria de las Víctimas del Coronavirus en la región. Hasta finales de 2024, la cifra de fallecidos en Asturias superó las 4.510 personas. En palabras de Barbón, “todas las personas que dejamos en el camino no deben formar parte de una lista anónima, sino que tienen que seguir vivas en los corazones de sus familias y de la sociedad”.
